Las formas importan y mucho. Más allá de la solución y de la gestión, las maneras juegan un papel importante. El Pleno de hoy certificará el cambio de tendencia con el que camina el nuevo equipo de Gobierno portuense. Otro más.
Pasar página, y hacerlo cuanto antes mejor, parece ser el deseo, sin importar demasiado el cómo. Si semanas atrás era la derogación de la Zona Naranja que terminó por suprimirse sin conocerse exactamente el futuro que encontrarán las bolsas de aparcamiento, cómo se gestionarán, el posible coste que generará y las actuaciones que se realizarán para mantener el equilibrio presupuestario, hoy le llega el turno a las empresas municipales.
El otro asunto fetiche de la anterior oposición y que ahora, y al igual que un calcetín, cambiará en todas sus gerencias y en todos los consejos de administración. Hasta aquí, nada nuevo ni nada que no se esperase. Nuevos tiempos, nuevas maneras, nuevas medidas a adaptar y nuevos rostros los que vayan al frente de éstas.
El tripartito ajustará el cinturón a las entidades públicas y adelgazará los sueldos de sus respectivos gerentes. La purga encontrará en una representatividad que ya ha hallado la voz crítica en el propio PP, que se ha convertido en el único actor opositor y que lo ha definido como un simple “pose electoralista”. Y es que la decisión de no incluir prácticamente a ningún miembro de la oposición, no ha gustado.
