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Gran acogida a la exposición 'Acuarelarte' de Alberto Castrelo y Mario Cumbreras

Los jóvenes portuenses Alberto Castrelo y Mario Cumbreras cubrieron con nota ayer el examen que supuso la inauguración de la exposición de acuarelas que han ubicado en el hotel Pinomar llamada “Acuarelarte” y que todos los interesados podrán disfrutar hasta el 18 de octubre.

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Los jóvenes portuenses Alberto Castrelo y Mario Cumbreras cubrieron con nota ayer el examen que supuso la inauguración de la exposición de acuarelas que han ubicado en el hotel Pinomar llamada “Acuarelarte” y que todos los interesados podrán disfrutar hasta el 18 de octubre.

Gran acogida de familiares, amigos y curiosos para una muestra que contiene más de sesenta obras de distinta índole. Por un lado se encuentran las láminas de Mario Cumbreras, de 29 años de edad, y que demuestra una clara y amplia evolución desde el mundo del graffiti al del tatuaje, mundo en el que se encuentra inmerso de lleno, ya que profesionalmente se dedica a ello.

Una marcada característica que lleva a quien acude a la exposición “Acuarelarte” a distinguir cualquier tipo de ángulo y marco, y es que Mario Cumbreras no ha centrado su ojo en nada concreto, sino en recoger todo aquello que se ha puesto ante su visión artística.

Por otro, las obras de Alberto Castrelo llevan mayor denominador común entre ellas, y es que el amor, el sentimiento que mueve el mundo, está presente en prácticamente la mayoría de las láminas realizadas por este joven portuense.

Además, precisamente esas son las que están acompañadas por textos que demuestran qué corre por las venas de Castrelo y que formarán parte de uno de sus próximos libros. Pero el portuense tampoco ha querido olvidarse de plasmar en el lienzo algunas de sus aficiones, aquellas que le acompañan en sus ratos de ocio, como el surf, la música o el skate, aquellas que llenan los momentos en que la inspiración llega a la mente de Castrelo.

Factor común de las obras de ambos artistas es el color y la luminosidad, y es que tanto Castrelo como Cumbreras no han escatimado en derrochar color en sus láminas, color que llena la sala que las recoge en el hotel Pinomar.

Las obras de Cumbreras y Castrelo se podrán visitar hasta el próximo 18 de octubre y como bien indican los artistas, se pueden adquirir, así que invitan a aquellos que hayan sentido un vínculo especial con algunas de las láminas, lo comuniquen en el hotel o a los propios artistas.

Sin duda, se trata de una exposición que une un objetivo común de dos artistas quizás muy distintos en temática pero que se admiran mutuamente, algo que se nota solo con contemplarlos hablar de las obras propias y ajenas. Dos técnicas, dos mundos distintos que se unen en un factor común, la necesidad interior de un artista profesional y un artista de espíritu por demostrar al mundo lo que nace de su pincel.

Biografía

Mario Cumbreras es un artista profesional, que se encarga de la parte graffitera, el color y la creatividad de este tándem, siendo además el lado surrealista del mismo. Alberto Castrelo en cambio es el artista de espíritu que se encarga de la parte bohemia, romántica, la encargada de plasmar las curvas femeninas en el lienzo y los textos que intentan tocar dentro a todo el que se acerque a esta exposición. Ambos tienen en común que pintan por necesidad interior.

Mario Cumbreras es un artista y tatuador portuense de 29 años de edad que en 1997 comienza su carrera como graffitero callejero, acumulando a sus espaldas mucha calle y algún que otro problema causado por esta forma de actuar. Un año después, gracias a la iniciativa de la asociación Andad, él y unos amigos amantes del graffiti consiguen un muro en la ciudad para expresar con libertad y sin multas de por medio lo que sienten y consideran oportuno.

Poco a poco Mario Cumbreras ha ido dejando en un segundo plano el graffiti y comienza a decorar habitaciones por encargo. La suya fue la primera que sufrió muchos experimentos que terminaron quedándose a medias. Además, se aficionó a pintar en lienzos, pero tras distintos problemas con los encargos decidió meterse en el mundo del tatuaje, desde el que poder expresar su arte.

Actualmente es tatuador profesional, teniendo clientes repartidos por toda Andalucía, e incluso habiendo salido de las fronteras de esta comunidad autónoma para tatuar bajo demanda. Cumbreras está muy marcado por el estilo Old School, habiendo conseguido un trazo propio y un estilo que gusta mucho.

En la actualidad sigue formándose en un mundo muy complicado debido a la amplia competencia y el alto nivel así como las tendencias que saltan a la palestra. Sin embargo, con humildad y trabajo se mantiene en dicho mundo citado e intenta seguir subiendo puestos en la escala como tatuador de prestigio.

Por su parte, Alberto Castrelo, de 30 años, es relaciones públicas en la empresa Osborne y un portuense muy polifacético.

Este joven ya ha sorprendido a sus conciudadanos y foráneos con la publicación de dos libros, como son “No soy político, soy un ciudadano, que es más importante” y la obra de teatro  “¡Que viene el papa!”; y que este verano ha protagonizado el Reto Kira 2015, una iniciativa solidaria que le ha llevado a cruzar España de sur a norte y cuyo objetivo ha sido dar a conocer la batalla que han emprendido asociaciones como Pablo Ugarte, gaditana, y de otros puntos de España, contra el cáncer infantil así como la recaudación de fondos para el funcionamiento de esta entidad e investigación en este campo.

En noviembre ve la luz su tercera obra, un libro de relatos cortos; mientras tanto se encuentra trabajando en el cuarto, el que cuenta la experiencia adquirida a través del Reto Kira 2015. El año pasado ya exponía una colección de acuarelas en blanco y negro donde se podían encontrar desde artistas internacionales como Los Beatles o Compay Segundo hasta artistas gaditanos de la talla de Chano Lobato y Javier Ruibal.

Por tanto, aquellos que conocen a Castrelo ya saben que ésta no es la primera incursión que realiza en el mundo de la acuarela. En esta exposición, Alberto Castrelo combina pintura, escritura (porque algunos cuadros llevan plasmados textos de su próximo libro de relatos) y deporte, ya que algunas de las láminas que se podrán contemplar tienen contenido vinculado con el surf, el skate y otros deportes de riesgo, que conforman otra de sus aficiones.

Finalmente, ambos artistas quieren agradecer al hotel Pinomar la acogida de la exposición, la oportunidad que les brinda para mostrar su obra a los portuenses y foráneos.

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