Los componentes de Unión Portuense Javier Botella y Ana Rizo visitaron esta semana el comedor social Sol y Vida y fueron atendidos por su presidenta Mª Carmen Lara y la trabajadora social de la asociación.
Durante el encuentro la presidenta resumió la evolución del comedor en los últimos años, novedades como el aumento de la partida económica para poder abrir los fines de semana, el arreglo de las duchas, y las trabas burocráticas que persisten o incluso aumentan, ahogando a un servicio que debería ser competencia municipal.
Gran parte de la reunión trató “sobre el retraso del pago de las subvenciones, problema que se extrapola a casi todas las subvenciones que da este Ayuntamiento, la imposibilidad de justificar la mayoría de los gastos convierte este servicio esencial para los más desfavorecidos en un laberinto administrativo interminable”.
Javier Botella anuncia que “en Unión Portuense apostamos por la agilización electrónica de los trámites, mejorando el control y reduciendo costes, simplificando procesos podremos hacer frente a los nuevos requisitos y normativas extra-municipales que tanto ahogan a nuestro personal municipal y a nuestras asociaciones”.
Otro punto a denunciar es “la falta de seguridad en los últimos días, normalmente en las horas clave del comedor cuando más afluencia existe, una pareja de policías locales apoyaba en materia de seguridad y sin aviso previo han dejado de acudir. La asociación solicita a la concejalía de seguridad que se reponga este servicio”.
Desde Unión Portuense “queremos agradecer la labor desinteresada de los hombres y mujeres que conforman el voluntariado de Sol y Vida, una institución que se ha convertido en el corazón de barrio alto y en la esperanza de cientos de usuarios. Sol y Vida llega donde la administración no alcanza, buscando la dignidad del día a día de esas personas que buscan el calor de su comedor”.
