El barrio de La Laguna teme correr la misma suerte que el vecino Todoque, ya desaparecido, tras el avance en las últimas horas de la lava del volcán de La Palma por su casco urbano, destruyendo una estación de servicio y aproximándose a la plaza de la iglesia y al colegio.
Éste era, hace 24 horas, el escenario más pesimista para el comité de crisis, que confiaba en que las coladas más activas se encauzaran por varias vaguadas que encontrarían a su paso y se dirigieran hacia el mar, sin provocar más daños de los ya causados.
Ahora las esperanzas están puestas en que el grupo de coladas que atraviesa el barrio de La Laguna, evacuado desde hace una semana, continúe su avance hacia el sur de la montaña del lugar, pues si se dirigiese al norte habría "un escenario poco deseable" de daños, arrasando nuevas edificaciones y muchos cultivos a lo largo de la carretera de la costa.
En cuanto a la colada situada en Tazacorte se encuentra a 130 metros de la costa, y a unos 80 del acantilado, pero no se prevé una inminente caída al mar porque su movimiento es lento y ha evolucionado muy poco en las últimas 48 horas.
Si llegase al mar ya se ha previsto ordenar un confinamiento de la población ante la probable emisión de gases de ácido clorhídrico.
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha garantizado este miércoles que su ejecutivo y el resto de administraciones harán "lo humanamente posible, casi lo imposible", para paliar los daños provocados por la erupción.
"Podemos pelear contra covid" con las vacunas, "contra los incendios con medios aéreos y terrestres, pero no podemos pelear para evitar que la lava llegue adonde va a llegar", ha aseverado.
"No tenemos ningún mecanismo para que esto cambie. Estamos a merced del volcán", ha proclamado Torres, quien ha añadido que ésta es una cuestión que "no está en manos del ser humano" y que "cada noche nos acostamos con el deseo de que pare ya", pero eso "lo decidirá el volcán".
El presidente canario ha subrayado que no hay síntomas que anuncien que la erupción vaya a finalizar, entre otras cuestiones porque la medición efectuada ayer martes de las emisiones de dióxido de azufre se fue hasta las 7.000 toneladas.
"No podemos hacer previsiones", ha indicado Torres, pues aunque pueda considerarse técnicamente "estabilizado", el proceso eruptivo "no está cerca de su final" y existe "la amenaza de que ese poder destructivo aumente en próximos días".
"Ni estamos cerca del final ni sabemos la rudeza, la crudeza y el daño que provoque" este desastre natural, ha proclamado.
La portavoz científica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), María José Blanco, ha apuntado que el nuevo centro de emisión que ayer emitía columnas muy oscuras ha empezado hoy a tener actividad estromboliana.
También ha advertido de la posibilidad de terremotos de intensidad VI, después de que en la pasada tarde noche se registrara uno de 4,8, por el momento el de mayor magnitud desde que comenzara la erupción y una semana antes el enjambre sísmico que la precedió. Este temblor fue sentido en toda La Palma y también en puntos de Tenerife y La Gomera.
El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha destacado que no hay problema alguno para las zonas pobladas en las inmediaciones del volcán y ha indicado que tras remitir la calima, la calidad del aire empieza a ser "moderadamente buena, y en el peor de los casos, regular".
En cuanto a las emisiones en las capas altas, uno de los satélites del programa Copernicus ha captado una imagen de una columna de dióxido de azufre en ruta hacia el noreste de Europa.
Ésta se dirige hacia esta zona después de sobrevolar la Península Ibérica, Francia y Reino Unido.
La superficie afectada por la erupción es de 807,85 hectáreas, 27,96 más que ayer, y la anchura máxima entre las coladas interiores es de 2.900 metros, según datos que no han podido ser actualizados en las últimas horas por condiciones climatológicas adversas.
Los cultivos afectados ocupan 245,88 hectáreas, de las que 139,59 corresponden a plataneras, 52,94 a viñedos y 19,49 a aguacates.
De las personas desalojadas, 337 se hospedan en un hotel en Fuencaliente y 32 en otro alojamiento de Los Llanos de Aridane.
A la espera de nuevos datos del sistema Copernicus, según el catastro hay 1.122 edificaciones destruidas, de las que 902 son de uso residencial, 115 agrícola, 56 industrial, 25 de ocio y hostelería, 10 de uso público y 13, de otros usos.
Mientras, prosiguen las labores para la puesta en funcionamiento de dos desaladoras portátiles instaladas en Puerto Naos para garantizar el riego de las plantaciones afectadas por la erupción volcánica.
La idea es que comiencen este sábado a inyectar agua a la red si las pruebas que se inician este miércoles "salen bien", según ha anunciado a Efe el consejero de Transición Ecológica del Gobierno canario, José Antonio Valbuena.
También hay un compromiso unánime entre las administraciones para agilizar la búsqueda y la ordenación de suelo para habilitar viviendas para los afectados tan pronto finalice la emergencia volcánica.