La Falange y FE de las Jons han realizado un homenaje a José Antonio Primo de Rivera este sábado en el cementerio sacramental de San Isidro, donde esta semana fueron enterrados sus restos después de su exhumación de la basílica del Valle de los Caídos.
Entre loas al fundador de la Falange y gritos de "España, una, grande y libre", los asistentes han entonado el 'Cara al Sol' con el brazo en alto mediante escoltados por la policía en una convocatoria oficial por parte de ambos partidos, que llamaban a sus simpatizantes a acudir a mediodía para rendir tributo a Primo de Rivera. También se han visto en el encuentro banderas de La Falange.
El traslado de los restos desde Cuelgamuros hasta San Isidro se produjo este lunes y ya entonces dos centenares de falangistas se concentraron a la puerta del cementerio esperando su la llegada.
Los manifestantes rompieron el cerco policial y forcejearon con los agentes de policía a la llegada del coche fúnebre, entre gritos de "Arriba España", "Gobierno criminal" y "Primero asesináis y luego profanáis". Los altercados se saldaron con tres detenidos que fueron trasladados a dependencias policiales.
Respecto a posibles sanciones que el Gobierno pudiera aplicar por estos homenajes, los partidos falangistas se muestran convencidos de que no existe base jurídica para sancionarles, ya que realizan un tributo a una víctima de la Guerra Civil, según argumentan, pues Primo de Rivera fue fusilado en 1936, al inicio del conflicto, en la cárcel de Alicante.
El Gobierno, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, ya tiene un expediente abierto contra La Falange por los actos que se celebraron con motivo del pasado 20 de Noviembre, aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco y de Primo de Rivera.
La Ley de Memoria Democrática, que entró en vigor el pasado mes de octubre, reconoce la incompatibilidad de la democracia española con la exaltación del alzamiento militar de 1936 o el régimen franquista y considera contrarios a la Memoria Democrática los actos públicos "que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, y supongan exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra o de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial", según indica el artículo 38 de la ley.