El sueño de levantar la Eurocup se esfumó para Cajasol. Peleó y dio la cara, pero poco pudo hacer ante el poderío de tres hombres, Popovic (18 puntos), Lyday y Lampe (26 puntos) que destrozaron las ilusiones sevillanas.

En realidad Cajasol estuvo bastante digno todo el partido, quitando el pobre inicio, en el que rápidamente los rivales tomaron una ventaja de 14 puntos. Jugar siempre a remolque, en una final y ante un muy buen equipo, puso imposible el triunfo, por mucho que Urtasun y Bullock, 15 puntos ambos, trataran de tirar del carro en el tercer cuarto.

Desde el principio se vio que Unics Kazan estaba a otro nivel. Los rusos apretaron y no dejaron maniobrar a los hombres de Joan Plaza. Si el técnico catalán tenía en la cabeza un resultado corto, ocurrió todo lo contrario. Unics, con nivel Euroliga en varios de sus jugadores, se sintió cómodo en la pista. Ya en el minuto 4 de partido, la diferencia en el marcador era de 10 a favor de los rusos. Cuando tocaba abrir la cancha, Popovic destrozaba con el tiro exterior. Por el centro, McCarthy se marcó un partidazo y Lampe impuso su ley bajo el aro. Cajasol se limitó a mirar a sus contrarios y a seleccionar mal los ataques.

Al conjunto sevillano le pudo la importancia de la cita y todo lo que era confusión en un equipo, resultaba claridad y contundencia en otro. Reconociendo la superioridad, la cita exigía más en todos los conceptos. Cajasol se sintió perdedor demasiado pronto.

Al final del primer cuarto se llegó con un cómodo 32-16 para Unics. Tan sólo se pudo soñar con la proeza en un momento del segundo cuarto, cuando Cajasol pudo enlazar un parcial de 10-2 y el equipo sevillano se pareció al grupo compacto de casi siempre. Todo ello ayudado con los movimientos desde el banquillo rival, pues los buenos descansaron durante algunos minutos del segundo cuarto. Con todo, Cajasol se comportó con más entereza. 52-36 fue el resultado al descanso. Más que ganar la final, el objetivo era complicarle la vida al contrario y para ello, por ejemplo, había que subir todos los porcentajes, especialmente un pobre 8 de 18 en tiros de dos.

Esperanza
La sorpresa se mascó en el tercer cuarto. El acercamiento fue más ficticio que otra cosa, pero fue un acercamiento al fin y al cabo. Se puso a 9 puntos en varias fases, pero la impresión es que, a tope, Cajasol no pudo superar esa barrera. De todas formas, la esperanza se abrió, pues terminó todo con un parcial de 20-26 que hizo creer en el milagro.
Todo se derrumbó al final. Unics Kazan tiró del clásico manual de equipo superior. Abrió distancias al principio, sesteó durante dos cuartos y al final apretó y resolvió. Popovic, el MVP, dirigió a sus compañeros hacia la final. Lampe terminó de hacerse el dueño de la zona y a falta de cuatro minutos la distancia de 14 puntos era ya insalvable. Terminaba aquí un bello sueño, que debe servir para hacer crecer al club. El topicazo indica que de los finalistas nadie se acuerda. Demasiado cruel para lo bonito que ha sido el camino. Cajasol ha llegado lejos y con dignidad.