Wilders, que en varias ocasiones calificó al islam de “ideología peligrosa para los valores occidentales”, interpretó su absolución como una victoria de la libertad de expresión y como una señal de que el islam también puede ser abiertamente criticado.
“No es una victoria para mí mismo, sino también la victoria de la libertad de expresión”, declaró a la salida del juzgado en el que fue absuelto de todos los cargos que recaían sobre él.
El político se congratuló de que “el islam pueda ser criticado” y de que su boca “no haya sido amordazada”.
En su reacción al fallo, el polémico líder del Partido Para la Libertad (PVV) se reafirmó en su convencimiento de que “la crítica al islam es necesaria”.
Los jueces consideraron que Wilders hizo comentarios “chocantes” contra el islam, pero que sus críticas no estaban dirigidas contra los musulmanes, sino contra el islam en general.
“El juzgado ha considerado el contexto de intenso debate social sobre inmigración y multiculturalismo en el que Wilders hizo sus declaraciones, en calidad de político”, explicó el juez en la lectura de la sentencia.