La Fiscalía de Granada ha rebajado este miércoles su petición de pena de 34 a 29 años de prisión al principal acusado de la muerte a tiros del hijo de su primo, de 21 años, y de herir también al padre del joven en la tarde del 13 de marzo de 2009 en Santa Fe (Granada) tras una discusión por una disputa familiar, hechos por los que le atribuye los posibles delitos de asesinato, de asesinato en grado de tentativa y de tenencia ilícita de armas.
Asimismo, para su hija, también imputada, ha solicitado igualmente menos años de cárcel de los iniciales, de 32 a 27, como cooperadora necesaria de un delito de asesinato y de otro de asesinato de tentativa, si bien, alternativamente, el Ministerio Público contempla la posibilidad de que haya sido cómplice de lo ocurrido, por lo que la condena ascendería a 13 años. Según ha justificado la fiscal, la rebaja responde a la eliminación de la agravante de parentesco, puesto que se ha constatado que, pese a que acusados y víctimas eran familia, apenas tenían relación desde hacía tiempo.
Además de la pena de prisión, el Ministerio Público solicita 90.000 euros de indemnización para los familiares del joven fallecido, y cerca de 40.000 para su padre, que resultó herido. La acusación particular ha ratificado por su parte su petición de 34 y 32 años para padre e hija respectivamente, 150.000 euros para los padres y la hermana de la víctima mortal y otros 66.000 para el herido. La defensa pide la libre absolución de la hija y en el padre la eximente completa de drogadicción aunque, en el caso de no contemplarse, la pena de 10 años por los delitos de homicidio, de homicidio en grado de tentativa, y de tenencia ilícita de armas.
El juicio, que comenzó el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Granada, ha quedado visto para sentencia después de que las partes personadas hayan hecho su informe de valoración de las pruebas. Para la fiscal, lo que sucedió aquella tarde fue "una ejecución en toda regla", ya que el principal procesado se aseguró "eliminar la posibilidad de defensa" de sus familiares, a quienes quería "pillar por sorpresa".
Para ello, la hija le condujo en su coche hasta el municipio de Santa Fe, dando un rodeo, pese a que ellos iban a visitar a una tía enferma en Granada capital, cuya administración del patrimonio fue el inicio de la disputa entre familias. Según considera la Fiscalía, los inculpados fueron a "buscar" a sus víctimas y "sorprenderlas", y de hecho, el que resultó herido estaba sacando la basura cuando se lo encontraron.
Una vez allí, y como quiera que el acusado Alfonso M.H., de 49 años, llevaba un arma cargada, comenzaron un "simple cruce de palabras" que le sirvió de "pretexto" para perseguir a sus familiares y dispararles, después de que quedaran acorralados detrás de un monolito y sin capacidad de huir.
"A SANGRE FRÍA"
El ataque fue "muy rápido" y hecho a "sangre fría", por lo que la fiscal entiende que no sólo fue una muerte provocada, sino que además fue alevosa, con lo que puede incardinarse en el delito de asesinato, en el que no pueden contemplarse atenuantes del tipo drogadicción o legítima defensa, puesto que no existen pruebas para estimarlas.
En lo que respecta a su hija, Carmen M.M.M., de 24 años, el Ministerio Público ha señalado que pese a que no se ha podido constatar "un reparto de papeles" para ejecutar el delito, sí que sus actos, "sin ser inocuos", contribuyeron al resultado, puesto que fue ella la que condujo el coche hasta Santa Fe "a sabiendas" de las posibles consecuencias. "No fue un acto inocente, sino necesario para la ejecución", ha sostenido.
En la sesión de este miércoles, la tercera de la vista oral, han declarado además los peritos que realizaron la autopsia al fallecido, que murió a consecuencia de un shock hipovolémico después de que recibiera un disparo "a cañón tocante", es decir a muy corta distancia, que le atravesó todo el cuerpo y que le rompió la tráquea y afectó a un pulmón hasta alojarse en un hombro.
También el forense que examinó a su padre, que también recibió un impacto de bala, ha dicho que, de no haber recibido asistencia urgente, podría haber muerto. Este experto también evaluó el estado psicológico del acusado, de quien ha descartado trastorno alguno o afectación por el consumo de drogas, puesto que en todo caso sufría una "leve adicción", pese a ser sostenida en el tiempo.
Durante la primera sesión del juicio, el principal imputado aseguró que disparó contra sus familiares para evitar que "reaccionaran", aunque todo fue porque recibió amenazas. "Soy culpable de apretar el gatillo, pero no el que lo provocó", dijo.
Su hija declaró que nunca supo que su padre tenía un arma, y que intentó evitar que aquel día fuera al hospital a ver a su tía porque era consciente de las disputas con sus primos, con quienes dijo que tenía buena relación. Negó, en contra de lo que le atribuyen las acusaciones, que fuera ella quien entregara el arma a su padre y desvinculó de lo ocurrido.
ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA
Según consta en el escrito de acusación provisional de la Fiscalía de Granada, al que ha tenido acceso Europa Press, en la tarde del 13 de marzo de 2009 los dos acusados se dirigieron hasta la localidad de Santa Fe en un coche con la intención de "dar por finalizadas" las controversias que venían manteniendo con algunos de sus familiares por la, a su juicio, "mala administración" del patrimonio de la tía del procesado.
Una vez en Santa Fe se trasladaron a las inmediaciones del domicilio de sus familiares y, a la altura del cuartel de la Guardia Civil, se encontraron con el primo de Alfonso depositando la basura en los contenedores, mientras que su hijo, le esperaba junto a su sobrino en un banco próximo, ya que toda la familia se dirigía al hospital a visitar a la tía hospitalizada.
En ese momento, el inculpado llamó a su primo con el fin de hablar con él, y la hija también se unió a la conversación una vez estacionó el coche en la acera, incorporándose también los dos jóvenes que estaban en el banco. La charla se tornó entonces en disputa cuando Alfonso le recriminó a su primo las gestiones que estaba realizando con el patrimonio de la tía de ambos.
En el transcurso de esa discusión, y movido por un "evidente y manifiesto" propósito de acabar con la vida de su primo, sacó un revólver --para el que no tenía licencia-- y apuntó hacia su primo, quien comenzó a gritar "guardias, guardias" para alertar a los agentes de la Guardia Civil del cuartel cercano. Entonces el hijo del primo del acusado, sobrino de éste por lo tanto, intentó mediar entre ellos, y recibió un disparo por el que cayó desplomado al suelo. Acto seguido, el procesado encañonó su arma contra su primo de nuevo quien intentó refugiarse tras un monolito pero que recibió igualmente un disparo.
Los guardias civiles salieron del cuartel alertados por los gritos de la víctima y consiguieron que el inculpado depusiese en su actitud y le arrebataron el arma, deteniéndolo posteriormente.
Los dos heridos, padre e hijo, de 53 y 21 años respectivamente, fueron trasladados a un hospital para ser atendidos, pero el más joven falleció horas después por la gravedad de las lesiones que presentaba. El padre se encuentra en prisión provisional desde el 16 de marzo de 2009, mientras que la hija está en libertad provisional.