Según ha informado hoy la policía en un comunicado, los integrantes de la red se encargaban de captar a las mujeres en Rumanía y trasladarlas a Sevilla ofreciéndoles falsos puestos de trabajo.
Los investigadores pudieron comprobar que las mujeres ejercían la prostitución "durante horas ininterrumpidas en condiciones precarias, a la intemperie, y poniendo en riesgo sus vidas ya que el lugar donde prestaban sus servicios se localizaba en el tramo de una concurrida y peligrosa carretera" entre las localidades de Dos Hermanas y Los Palacios.
Una vez que finalizaba la jornada, las víctimas eran trasladadas a una finca cercana que la organización tenía alquilada en Utrera (Sevilla), función de la que se encargaba el único español integrante del grupo y que le cobraba a las mujeres "mediante favores sexuales que les obligaba a proporcionarle", explica el comunicado.