El porcentaje de casos globales de la variante delta del coronavirus está bajando por primera vez desde que fuera bautizada como tal en el mes de abril, mientras que la ómicron sigue en ascenso y ya está presente en brotes de transmisión comunitaria, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En su informe epidemiológico semanal, el organismo subraya que aunque la mayoría de los casos de ómicron identificados desde noviembre en más de 70 países están relacionados con viajes, ya comienza a haber focos de contagio en una misma comunidad.
La OMS destaca además que la variante delta, que a mediados de año era ya la dominante en el mundo y antes de ómicron llegó a concentrar un 99,8 % de los casos secuenciados, ha bajado ese porcentaje al 99,2 % en la última medición realizada por la red global de laboratorios GISAID, que colabora con la OMS.
De los 879.000 casos secuenciados en laboratorio por la red en los últimos 60 días, una gran mayoría (872.000) aún fueron de la variante delta, pero la ómicron ya representó 3.755 casos (0,4 %), cuando hace una semana ese porcentaje era del 0,1 %, lo que indica una rápida progresión.
Las actuales evidencias, añade el informe, parecen indicar que la variante ómicron tiene ventajas evolutivas sobre delta a la hora de transmitirse y lo está haciendo más rápido.
Ello se ha advertido no sólo en países con relativamente baja incidencia de casos delta, como Sudáfrica, el primer país donde se detectó la nueva variante, sino también en otros donde el coronavirus delta sí estaba a niveles altos, como el Reino Unido, añadió la investigación de OMS.
En su análisis de ómicron, la OMS reitera que la variante parece afectar a la efectividad de las vacunas contra la infección y la transmisión, y también aumenta con ella el riesgo de reinfección (la posibilidad de que una persona que ha tenido COVID-19 vuelva a padecerlo).
Estudios preliminares independientes de la OMS han mostrado que la ómicron reduce la protección contra la reinfección de cuatro de las principales vacunas anticovid, las producidas por Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson.
La variante no parece sin embargo afectar a las pruebas PCR de detección del virus, lo que puede ayudar al seguimiento de su avance, mientras que los tratamientos contra casos graves o críticos de COVID-19 "deberían seguir siendo efectivos" contra ómicron, indica la OMS.