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Viernes 22/11/2024
 

Vejer

La Vinográfica: esa esquina de Vejer donde se encuentran las letras y el vino

Esta es la historia de seis personas que encontraron y se encontraron en Vejer. Seis personas que decidieron crear un lugar de encuentro en Vejer...

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  • La Vinográfica.
  • "Nos hicimos amigos porque nos unen muchas cosas, sobre todo el amor por la cultura en toda su amplitud”
  • "En la Vinográfica se unen todas las expresiones culturales, el mundo del libro, de la ilustración, del diseño, de la gastronomía, del vino..."

En la calle Nuestra Señora de la Oliva, esa “Gran Vía” que cruza el casco histórico de Vejer, la cultura, en toda su amplitud, tiene su lugar de encuentro. “Come, bebe, lee”, no es un titular nacido del que esto escribe. Es prácticamente el lema de los promotores, de los seis socios, de los seis amigos que han creado un sueño, que han puesto en marcha uno de esos lugares que ayudan a que el mundo sea algo mejor.

Es un lugar donde disfrutar de una buena comida, de un buen vino y que ofreciera la oportunidad de acercarse a un buen libro. Un lugar para encontrarse, para divertirse, para hablar, pero también para estar en soledad leyendo un libro con una copa sobre la mesa

Seis personas que encontraron su paraíso en Vejer. Seis personas que se encontraron en Vejer. Seis personas que decidieron crear un lugar de encuentro en Vejer. “Es mucho más que un restaurante”, matiza Miguel Munárriz. Parece una frase hecha, pero en esta ocasión esa es pronunciada con una sinceridad irrebatible, hercúlea y exacta. Y esto no es un publirreportaje gastronómico. Es un reportaje donde la protagonista indiscutible es la pasión. La pasión por Vejer, por la amistad, por la buena mesa y mejor vino. La pasión por la una buena charla, por un buen libro. La pasión por la cultura en mayúscula, la cultura que todo lo abarca, desde los sueños al etiquetado de una botella de vino amontillado.

La Vinográfica.

Fue ver una breve reseña en las redes sociales y despertarse la curiosidad. Vino y libros. Seguro que tras ambos se esconde, como mínimo, una gran conversación. Así que llamamos, quedamos y hablamos. “Todos nos conocimos en Vejer”, relata Palmira Márquez, socia fundadora de la Vinográfica junto a Miguel Munárriz, Ana Poley, Antonio Gálvez, Mario de la Juana y Joaquín Alfaro. Un equipo “muy completo en el que todos somos importantes y en el que cada uno cumple con una especialidad, unos requisitos”, explica Miguel para concretar, “somos un equipo redondo”.

Un poco de historia

Pero vayamos por partes. Palmira y Miguel, que son parejas y que en 2003 fundaron juntos la prestigiosa agencia literaria Dos Passos, se compraron hace seis años una casa en la localidad. Hace unos veinte años conocieron la zona de la mano de Luis Eduardo Aute y su esposa Maritchu. Concretamente estuvieron en Zahara. “Nos enamoró Cádiz, desde entonces no veraneamos en ningún otro lugar”, enfatiza Palmira para añadir que tras Zahara, llegó Zahora, su playa durante muchos años, para luego “descubrir Vejer y ya casi no salimos del pueblo ni para ir a la playa”.

Aquí encuentran “una magia especial. Esas casitas blancas, ese turismo especial. La estética. Lo mejor de los pueblos blancos y con la playa a ocho kilómetros”. Pero especialmente se quedaron prendados del “magnetismo casi hipnótico” que desprende cada esquina, cada piedra, cada sombra que conforma la localidad de Vejer.

Ambos se convierten en clientes de La Judería, donde conocen a Mario y a Joaquín, que a su crearon junto a Ana y Antonio, Albariza Hospedería. Vejer fue el primer nexo de unión, la Judería el siguiente y Mario de la Juana es la persona que mejor capta la esencia de las personas, de sus clientes que luego se convierten en sus amigos. Ana lo explica: “Un día nos dimos cuenta que no podemos pasar sin Mario, que es imprescindible en nuestras vidas”.

La Vinográfica.

Retoma el relato Palmira. “Nos hicimos amigos porque nos unen muchas cosas, sobre todo el amor por la cultura en toda su amplitud. Manuel y yo tenemos la agencia literaria que representa a ochenta escritores, a ochenta de las grandes voces de la literatura española. Mario es músico de carrera y un amante de la gastronomía y el vino”.

Mientras la amistad fue creciendo con los años y estrechaba esos lazos invisibles pero maravillosos a base de palabras, risas y tiempo que se graba en los recuerdos, llegó la pasada Semana Santa y “nos dijimos por qué no montar algo que una todas las cosas que nos gustan. Todos somos unos enamorados de los vinos del Marco de Jerez y queríamos poner en valor lo que para nosotros son los padres del vino”.

Y la pasión hizo el resto

Y la pasión hizo el resto. Querían montar “un lugar donde disfrutar de una buena comida, de un buen vino y que ofreciera la oportunidad de acercarse a un buen libro. Un lugar para encontrarse, para divertirse, para hablar, pero también para estar en soledad leyendo un libro con una copa sobre la mesa”. Es verdad que el lugar es tan acogedor, su interior transmite tanta hospitalidad, que invita a ir solo, aunque “ya se sabe. Uno nunca está solo cuando está con un buen libro”. Ese come, bebe, lee… esa pasión.

La Vinográfica.

Los libros, algunos de los autores a los que representa Dos Passos, otros regalados por las editoriales con las que trabajan, están en todas partes. En las estanterías, por supuesto, pero también en el alféizar de la ventana o sobre la mesa, con un marca-páginas con un código QR en el que se puede consultar la carta. Y se pueden ojear, leer, manosear, y “usarlos, porque los libros están para usarlos”, sentencia Miguel, cuyas pupilas brillan rodeadas de un iris del color de las letras leídas. Su pasión por los libros se acentúa en cada gesto, en cada frase pronunciada con ese tono bajo de quien lee incluso los silencios.

 Los vinos. Junto a una amplia carta, “lo que nos distingue es el acuerdo que firmamos con algunas bodegas del Marco de Jerez para embotellar nuestros propios vinos. Compramos una saca de manzanilla, amontillado, palo cortado… y lo embotellamos con la marca de la Vinográfica”. Y lo han hecho con arte. Con un etiquetado que demuestra la pasión enófila y la pasión por la cultura. Etiquetas elaboradas por ilustradores de la talla de Pep Carrió, Jesús Cisnero y Ana Juan, premio Nacional. O por Marina Munárriz, nieta de Miguel, que está terminando sus estudios de Diseño Gráfico.

Etiquetas con ilustraciones que representan a Vejer, que invocan a Vejer, que se inspiran en Vejer. Etiquetas también más clásicas para vinos más clásicos, generosos, y que han sido elaboradas por Dr Lápi, ilustrador afincado en Vejer. En ellas se puede distinguir a las Cobijadas, al arco de de la Judería, al Arco de la Segur, la Plaza España… Siempre Vejer, siempre la pasión por Vejer.

En la Vinográfica se unen todas las expresiones culturales, el mundo del libro, de la ilustración, del diseño, de la gastronomía, del vino… y la música de jazz de fondo. El siguiente paso es realizar acciones culturales, desde presentaciones de libros a pequeños conciertos, pasando por conferencias en la que participen bodegueros y artistas, solos e incluso enlazados, de forma interdisciplinar.

La comida. “Es exquisita. De la mano de Miguel y Borja. El concepto es de trasiego, de vivirla, con productos de la zona, con una base tradicional pero con toques muy innovadores”. La experiencia de Mario sazona los fogones”.

La Vinográfica.

Ana añade: “es una cocina pensada para compartir. Es raro que alguien se pida un plato para él solo”. Compartir, hablar, reír, encontrarse. Por ahora abren a las 19.30, “pero cerramos tarde”. A partir de septiembre, abrirán al mediodía. Ana explica que “hemos invertido mucho tiempo en formación para saber de vino, de comida, de servicio, para transmitir lo que hemos creado y aconsejar al cliente”.

Como ya hemos mencionado, la idea surgió en esta pasada Semana Santa. Una idea que buscaba ubicación y la encontró en el lugar que ocupaba Viña y Mar, del que también eran clientes y cuyo propietario tenía la intención de traspasarlo. “Hablamos con Mario, montamos la sociedad. Le dimos una vuelta estética y el 24 de junio abrimos”, explica Miguel.

A pesar de la celeridad, o gracias a esa celeridad, se puede entender la pasión que han depositado en este proyecto. Nada está hecho a lo loco. No hay improvisación. Incluso los baños tienen un letrero de ‘Poesía’ para las damas, y ‘Poema’ para los caballeros. Los detalles impresionan. Los detalles apasionan.

Vejer, la ubicación perfecta

Miguel tiene claro que “una cosa es la amistad que se forja en los fogones y en la mesa, y otra el negocio, por eso decidimos asociarnos con quienes saben de esto” e insiste “formamos un grupo, un equipo muy complementario”. Palmira recuerda la frase que asegura que para que un negocio funcione hacen falta tres cosas: “ubicación, ubicación y ubicación”. Y la Vinográfica no solo está en la calle perfecta, está en el pueblo perfecto, el pueblo del que se enamoraron los seis socios que han creado “la sinergia perfecta en el sitio perfecto. Un sitio diferente, un concepto distinto que encaja a la perfección en Vejer”.

Los primeros clientes se sentaron en la terraza a las 19.30 horas del 24 de junio. Eran ingleses. Se marcharon contentos. “Esa es la idea. Que la gente se lo pase bien. Vengo del mundo de la hostelería, pero hablo más de libros que de vinos”, señala con satisfacción Ana, sabedora que “las mejores tertulias tienen lugar alrededor de un libro, un vino, una comida…”. Come, bebe, lee… esa pasión de pasiones.

Un lugar apasionante creado por “gente apasionado que queríamos crear un epicentro cultural, un lugar de encuentro”… porque “no es solo un restaurante”, también una tienda de vinos, también un lugar donde comprar un cartel del Dr Lapi, también un lugar diseñado para que las conversaciones se incrusten en sus paredes esperando el día que éstas puedan hablar.

“Un lugar creado por amantes de la cultura en su máxima expresión”, amantes que encontraron, cada uno por su cuenta, a Vejer. Amantes que se encontraron en Vejer. Y amantes que decidieron crear un lugar de encuentro por pura pasión. Come, bebe y lee. La buena gente, el buen vino, la buena comida y la cultura como gran pasión, como única pasión en toda, en toda su extensión.

PD: Por si el lector quiere más detalles, su carta engloba vinos generosos, blancos, tintos, rosados, espumosos… y entre sus platos, pasión por los fogones con ceviches de dorada o lubina, con aguacate, choclo, cebolla roja, leche de tigre, todo ahumado bajo una campana con cannabis; atún pibil con huevo poché sobre una torta de Inés Rosales (un viaje a la infancia); hamburguesa de vaca retinta con papada, crema de queso y kimchi… así como ensaladas y picoteos para concluir con postres como la tarta de queso payoyo con mermelada de fresa y pimienta rosa. En fin, insistimos, lo ponemos por curiosidad porque no es un publirreportaje gastronómico, es un reportaje donde la protagonista indiscutible es la pasión. La pasión por Vejer, por la amistad, por la buena mesa y mejor vino. La pasión por la una buena charla, por un buen libro. La pasión por la cultura en mayúscula, la cultura que todo lo abarca, desde los sueños al etiquetado de una botella de vino amontillado… Come, bebe y lee.

La Vinográfica.

 

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