Tras el triste suceso del hallazgo del cuerpo sin vida de Álvaro Prieto entre dos vagones en la estación de Santa Justa de Sevilla, las redes sociales no tardaron en echar humo. Las teorías, hipótesis y, en muchos casos, meras invenciones y bulos se propagaron a la velocidad de la luz, señalando a presuntos culpables y tejiendo historias que, cada vez que se compartían, cobraban una fuerza y realismo preocupantes.
No obstante, las evidencias científicas y las investigaciones oficiales han dejado claro que los rumores son eso, rumores, y mucho más en el ámbito digital. El resultado de la autopsia oficial llevada a cabo ha desvelado que la causa del fallecimiento de Prieto fue una descarga eléctrica procedente de una catenaria del tren, donde más tarde se encontraría su cuerpo en un acoplo de vagones.
Ante la ola de especulaciones, Pedro Fernández, delegado del Gobierno andaluz, tuvo que tomar cartas en el asunto y arrojar luz sobre las conclusiones de la investigación. "La investigación pone de manifiesto algo que era importante descartar, que no ha habido participación de terceras personas y que todos los hechos suceden en solitario", señaló Fernández, tratando de frenar la espiral de conjeturas y falsedades.
Sin embargo, las redes son implacables y, en muchas ocasiones, injustas. Una joven que había coincidido con Prieto poco antes de su desaparición se vio inmersa en un torbellino de acusaciones y calumnias. Las redes sociales, con su naturaleza viral, habían creado una narrativa que la señalaba, de forma infundada, como parte del supuesto misterio detrás de la muerte de Prieto. La chica ha alzado la voz en sus redes sociales: "Conocí a Álvaro Prieto en la fiesta. Más allá de eso, todo lo que se está hablando de mí es mentira. Yo no tengo ni he tenido pareja. Nadie de mi entorno lo conocía", confesó en un intento por restaurar su imagen y desmentir las acusaciones sin fundamentos. No sólo lidió con los rumores, sino con el dolor añadido de la difusión de imágenes personales y comentarios ofensivos, una triste muestra de las consecuencias no deseadas del poder de las redes. "Nadie que me rodea se enfadó por lo sucedido aquella noche. Básicamente, nadie de mi entorno lo conocía", destaca. "Por favor, dejad de insultarme y no sigáis difundiendo fotos mías ni especulando cosas que no son verdad. Está siendo todo muy traumático y con esto lo que hacéis es destrozar todavía más. Dejad que la policía haga su trabajo. Detrás de esta historia hay una familia y unos amigos los cuales están pasando el peor momento de sus vidas, y tener que leer todo esto que os inventáis por redes tiene que ser muy duro".
La joven subió un story a su perfil de Instagram con una reflexión pública: "El audio que mandó él a un amigo y en el cual aparezco de fondo es un audio sin importancia, no hay nada que sacar de ahí. En la fiesta no pasó nada raro, fue una noche totalmente normal. Lo que le ha pasado a Álvaro es horrible y ojalá esta historia no hubiese terminado así, pero si hay algún culpable no es de mi entorno"
A este panorama ya complicado se sumó la aparición de supuestos "testimonios" y "pruebas" que pretendían arrojar luz sobre el comportamiento de Prieto la noche anterior a su desaparición. Aclarando rumores, un amigo cercano del joven desveló: "Álvaro Prieto no bebió nada de alcohol aquella noche. Lo único que dijo es que él era futbolista y que no podía beber".