En medio de su inmenso atractivo cultural y turístico, Granada, una provincia que ha luchado durante años contra el aislamiento que obstaculiza su desarrollo económico, ha recibido recientemente noticias alentadoras. Iberia y el Ayuntamiento de Granada han anunciado la incorporación de un nuevo vuelo con Madrid para la próxima temporada invernal, un paso en la dirección correcta para mejorar la conectividad de la región.
Sin embargo, a pesar de este avance, la provincia de Granada continúa enfrentando desafíos significativos en materia de conexiones aéreas. La pérdida de la ruta a Londres y la ausencia de nuevos vuelos internacionales desde mucho antes de la pandemia reflejan una clara carencia en este ámbito. A pesar de los esfuerzos de la Diputación Provincial, que propuso un ambicioso "plan de choque," aún no se han materializado las mejoras prometidas, y el Aeropuerto de Granada sigue siendo uno de los menos activos de toda Andalucía, con cifras preocupantemente bajas en materia de vuelos.
Por otro lado, el servicio ferroviario tampoco escapa de esta problemática. Aunque Granada finalmente obtuvo su tan esperado tren de alta velocidad en 2019, se ha convertido en el AVE más lento del país. El trayecto a Madrid, en lugar de reducirse, se ha mantenido en casi cuatro horas, el mismo tiempo que se tardaba antes de la inauguración de la línea.
El aislamiento de Granada tiene consecuencias significativas en su economía. La falta de conexiones aéreas y ferroviarias eficientes limita el flujo de turistas y dificulta el comercio y las inversiones. La Confederación Granadina de Empresarios y la Cámara de Comercio han venido expresando su preocupación durante un prolongado periodo de tiempo por la insuficiencia de conexiones competentes. El bajo número de pasajeros en el aeropuerto y los largos tiempos de viaje en tren perjudican la competitividad de Granada en un mundo globalizado.
Además, los granadinos tienen el legítimo derecho de moverse libremente desde su ciudad de origen, en lugar de estar sometidos a la convención de viajar desde la vecina Málaga, como suele ser la práctica habitual. Por tanto, una mejora sustancial de las conexiones aéreas y ferroviarias no solo se traduciría en el desarrollo económico de Granada y su provincia, sino que también redundaría en una notable mejora de la calidad de vida de los granadinos al desplazarse fuera de su propio territorio.
A pesar de los desafíos, existen algunas esperanzas en el horizonte. La licitación de las obras para la construcción de la Variante de Loja es un paso importante hacia la mejora de las conexiones ferroviarias de Granada. Sin embargo, la fecha de finalización proyectada en 2028 deja entrever que la provincia aún enfrentará un período prolongado de aislamiento relativo. Respecto al transporte aéreo, se hacen necesarias inversiones y medidas decididas con el propósito de atraer un mayor número de rutas, tanto a nivel nacional como internacional.
En conclusión, el desarrollo económico de Granada está intrínsecamente ligado a la calidad y cantidad de sus conexiones aéreas y ferroviarias. La provincia no puede permitirse seguir con vuelos limitados y tiempos de viaje prolongados en el tren AVE. La promesa de una Variante de Loja y un plan de choque para conexiones aéreas son pasos en la dirección correcta, pero la ejecución de estas soluciones es crucial para el progreso de Granada. La inversión en infraestructuras de transporte rápido y puntual se presenta como una necesidad imperante en esta región de belleza sin igual y potencial económico innegable.
