La Alhambra reorganiza el repique de campanas de la Torre de las Vela del 2 de enero

El Patronato de la Alhambra y el Generalife reorganizará la tradicional visita a la Torre de la Vela del 2 de enero, fecha en la que cualquier visitante puede tocar sus emblemáticas campanas en un gesto con el que, según la tradición, se logra el amor.

La dirección del complejo monumental, históricamente el más visitado del país, ha informado de que la Alcazaba y su Torre de la Vela volverán a tener el 2 de enero acceso gratuito, aunque con modificaciones.

Las singularidades de este espacio, en el que cada 2 de enero se puede tocar la campana, ha forzado una reorganización de los accesos.

Según el Patronato, se trata de un espacio muy reducido en algunos tramos que además tiene una alta demanda de esta visita, lo que hace necesario regular los flujos de visitantes para garantizar la conservación de la Alcazaba.

Con este objetivo, el Patronato mantiene las visitas gratuitas para el 2 de enero de 2024, aunque tendrán que hacerse con invitaciones previas que pueden solicitarse en la web oficial de venta de entradas o en el Corral del Carbón.

Los pases estarán distribuidos en franjas horarias y hasta agotar el aforo para lograr una visita de calidad, fluida y agradable que cumpla con la tradición de este día tan marcado en el calendario festivo granadino.

De igual modo, se podrá acceder a este espacio con la entrada 'Alhambra General' y 'Alhambra Jardines'.

Según la tradición, cada 2 de enero cualquier persona puede tañer la afamada campana tres veces, un gesto que garantiza encontrar el amor, que será verdadero e incluirá boda.

Con sus distintos toques castrenses de día y de noche, la campana de la Torre de la Vela ha determinado la vida de Granada y su entorno y sirvió durante décadas para repartir los turnos de agua para los agricultores o avisar de eventos especiales como incendios o duelos.

Como también es tradición el 2 de enero, el Patronato abrirá a los visitantes el altar de la Puerta de la Justicia, presidido por un retablo firmado por Diego Navas que data de 1588 y fue el lugar escogido por los Reyes Católicos para celebrar la primera misa tras la conquista el 2 de enero de 1492.