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Martes 28/05/2024
 
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Granada

Un estudio de restos fecales apunta cómo se vivía entre los siglos XVI y XVIII

La contaminación alcanzó tal gravedad que provocaron las conocidas como ordenanzas del agua, que prohibían expresamente arrojar animales muertos al agua

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  • La Alhambra de Granada -

Un estudio paleoparasitológico de restos fecales desarrollado en unos restos arqueológicos descubiertos en 2022 ha permitido conocer cómo vivía la sociedad granadina entre los siglos XVI y XVIII, una investigación que también sirve para reconstruir las condiciones higiénicas de aquella época.

El Laboratorio de Antropología Física y Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (UGR) ha desarrollado un estudio paleoparasitológico en colaboración con la Universidad de Cambridge, un proyecto que aporta luz sobre los parásitos existentes en las aguas de la sociedad granadina entre los siglos XVI y XVIII.

Para ello, se ha estudiado una zona de la periferia de Granada de esa época en la que los investigadores han analizado los restos fecales procedentes de pozos ciegos de una antigua corrala.

El estudio de parásitos antiguos -paleoparasitología-, que lideran los profesores de la UGR Ramón López Gijón y Sylvia Jiménez Brobeil, permite una aproximación bioarqueológica muy detallada ya que hace posible reconstruir las condiciones higiénicosanitarias de un momento concreto.

Sirve también para conocer la presencia o no de animales domésticos o, en su caso, salvajes aunque capaces de convivir en las cercanías de los humanos.

En este caso, la investigación se ha centrado en el estudio de las redes hidráulicas que pasaban por las edificaciones de un yacimiento arqueológico descubierto en 2022 en la granadina calle Ventanilla, lo que ha permitido conocer los problemas derivados de ellas por la contaminación que presentaban.

El estudio de los pozos ciegos de la planta baja, donde defecaban sus moradores, ha mostrado la presencia de huevos de tres tipos de parásitos que aparecen en zonas con problemas de higiene y de aguas contaminadas, uno de ellos capaz de infectar a los humanos por el consumo de verduras o agua contaminada.

La contaminación alcanzó en aquella época tal gravedad que provocaron las conocidas como ordenanzas del agua, que prohibían expresamente arrojar animales muertos al agua bajo multa de 3.000 maravedíes.

Además del estudio paleoparasitológico, la investigación ha sumado la colaboración del catedrático de Historia Moderna Francisco Sánchez Montes, que ha permitido describir un nuevo modelo constructivo multifamiliar que recibe el nombre de corralas.

A su vez, se ha identificado la manzana de los restos arqueológicos en el mapa de Dalmau, el segundo gran plano de la historia de la ciudad, realizado por el catalán Francisco Dalmau y que presenta un índice de calles ordenado alfabéticamente según era la ciudad en 1796. 

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