Un proyecto internacional ha demostrado por primera vez la viabilidad de utiliza teluro bidimensional como alternativa al grafeno en el desarrollo de dispositivos electrónicos de alta frecuencia, para comunicaciones en 5G y 6G.
El investigador del departamento de Electrónica y Tecnología de Computadores de la Universidad de Granada (UGR) Francisco Pasadas Cantos lidera el equipo encargado del estudio, en el que colaboran científicos de universidades de Alemania y Canadá, y que han demostrado por primera vez que el teluro puede ser una alternativa al grafeno.
El estudio ha comprobado la viabilidad de utiliza teluro bidimensional para desarrollar aplicaciones electrónicas de alta frecuencia orientadas a habilitar las conexiones inalámbricas de futuros sistemas de comunicación en 5G/6G.
El trabajo presenta la fabricación de dos estructuras de dispositivos electrónicos formadas por telureno-aislante-metal (dispositivos TIM) y telureno-metal (dispositivos TM).
Los resultados obtenidos son muy prometedores y han puesto de manifiesto las posibilidades de este material para su uso en bloques esenciales de sistemas de comunicación inalámbricos como mezcladores de señales y detectores de potencia, operando en la banda de gigahercios.
El teluro es un calcógeno descubierto a finales del siglo XVIII y que recibió su nombre de la palabra latina tellus, que significa 'la tierra', y en el estudio se ha empleado un cristal de teluro de pocas capas atómicas de espesor de este material de baja dimensionalidad.
Al contrario que otros materiales bidimensionales como el fósforo negro o fosforeno, el telureno es muy estable, muestra una alta movilidad electrónica y gran flexibilidad mecánica, y a diferencia del grafeno, presenta además una banda energética prohibida no nula, lo que le proporciona un gran potencial.
La UGR tiene un grupo de investigación a la vanguardia de la innovación en el ámbito de la electrónica basada en materiales bidimensionales orientada a aplicaciones de muy alta frecuencia para sistemas de comunicación inalámbricos, biosensores vestibles y electrodos de señales bioeléctricas.
Entre sus áreas de trabajo, se encuentra el desarrollo de sistemas recolectores de energía ambiental electromagnética para reducir el uso de baterías y pilas y evitar su impacto medioambiental.