La Tarasca, el maniquí vestido a la moda y subido a un dragón que marca el inicio de los días grandes del Corpus de Granada, se ha presentado este año guerrera y flamenca, con una mezcla de tul y caracolillos, para reivindicar a una mujer fuerte, capaz de ser la heroína de cualquier historia.
Empoderada, con una mezcla de colores en tendencia, bien de brillibrilli y con los lunares que recuerdan que la ciudad está de fiesta. Así se ha presentado la Tarasca de este año, con un modelito que enseña cintura y suma escote en la espalda y transparencias muy del siglo XXI.
La diseñadora y empresaria granadina Arantxa Orantes, con atelier propio desde hace una década, firma este dos piezas folclórico y moderno, rosa y rojo, con granadas y lunares, para fusionar la tradición y la moda en tendencia y reivindicar a una mujer que puede vencer al dragón sin que se le muevan los caracolillos del peinado.
Orantes ha materializado así su idea de reivindicar a la mujer fuerte, a la Santa Marta que según la tradición vino a salvar a la ciudad del dragón, la mitológica historia de la victoria de la belleza sobre el mal que tiene a una heroína como protagonista.
"Esperaban un héroe y vieron llegar a santa Marta, con las vestiduras rasgadas, dominando al dragón como triunfo del bien sobre el mal. Demuestra la fuerza física de las mujeres, pero también que tenemos otras aptitudes", ha explicado Orantes.
La diseñadora se ha enfrentado a la reiterada 'malafollá' granadina que repite eso de "vas más fea que la Tarasca" con una propuesta de dos piezas, un top con mangas abullonadas formadas por capas y capas de tul en rosa y rojo, ya que eso de que no se pueden mezclar estos dos colores no está de moda.
Ha sumado una falda con corte de capa completa en tafetán blanco con lunares bordados en negro, sobre la que asoma un tul rojo, y botones dorados con forma de granadas, en alusión a la festividad del Corpus Christi.
La Tarasca ha enseñado además cintura y, en un claro guiño a las tendencias actuales, ha lucido un diseño con la espalda casi al descubierto gracias a las transparencias.
Con colores en tendencia y a contraste, con pendientes grandes para que se vaya de feria y un pintalabios rojo "muy andaluz", la Tarasca 2024 ha lucido guerrera pero con purpurina para demostrar que a veces no hace falta elegir.
"Pues no va tan fea para lo que puede uno ver en la gente joven del ferial", ha apuntado a EFE Soledad Jiménez, elegida portavoz de un grupo de "modernas bailongas" con muchos lunares como La Tarasca y dispuestas a bailar hasta el último temazo de la charanga que anima el primer desfile de la maniquí de este año.
Esa Tarasca luchadora de este año ha contado con la estilista María Rosales y la maquilladora Marta Cano, además de las joyas de Art by Noelia, para lucir trenzas unidas en una coleta baja y unas 'baby hairs', los caracolillos 2.0 tradicionales de las ferias, todo con toques de purpurina rosa.
El maquillaje ha seguido esa carácter andaluz con un buen 'eyeliner' para marcar la mirada, las cejas realzadas y pendientes con forma de granadas, unos zarcillos con la esencia de la cerámica de fajalauza para convertir el pasado en futuro.
La alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, ha agradecido el compromiso del equipo de mujeres encargado de La Tarasca y ha aplaudido el trabajo de las generaciones por defender y preservar el arraigo de una figura tradicional.
El maniquí, que han vestido diseñadores noveles y otros afamados como Roberto Verino, Adolfo Domínguez o Vittorio y Lucchino, ha convertido en pasarela las calles del centro de una ciudad tomada por la chavalería mezclada con turistas y amantes de esta peculiar tradición que marca el inicio de los días grandes del Corpus.
La Tarasca, que vuelve a procesionar este jueves tras el cortejo cívico-religioso del Corpus Christi, ha compartido pasarela con un popurrí de personajes históricos que, armados con vejigas de cerdo infladas de aire, golpean a un público entregado a su feria.