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Absit Invidia

Retroceso

Con los socialistas en la lona y los populares disimulando su mayoría aplastante, la relación entre Junta y oposición ha sido sosegada por su desproporción

Publicado: 12/07/2024 ·
14:02
· Actualizado: 12/07/2024 · 14:02
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  • Chaves y Griñán, durante el juicio de la pieza política del caso ERE -
Autor

Pedro García Vázquez

Pedro García es periodista. Director de Informativos de 7 Televisión y Publicaciones del Sur

Absit Invidia

Con la esperanza de ser entendido por lo que pone, y por lo que no. Eso sí, sin ánimo de ofender ni en castellano, ni en latín

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Hasta el momento, Andalucía ha sido refugio frente a la desatada polarización y crispación política allende Despeñaperros. Con los socialistas andaluces en la lona, tras acumular derrotas electorales, y los populares disimulando su mayoría aplastante, la relación entre Gobierno y oposición ha sido sosegada por su desproporción.

El presidente Juanma Moreno ha ondeado la bandera de la moderación mientras Juan Espadas, debilitado por las cuitas internas, se ha esforzado en hacer una especie de oposición boomerang (a cada acusación contra el jefe del Ejecutivo andaluz éste respondía con otra hacia Pedro Sánchez o la gestión de gobiernos socialistas andaluces pretéritos).

Las exculpatorias sentencias del Tribunal Constitucional en el caso de los ERE plantean un antes y un después en la política andaluza. Paradojas de la vida, el caso que supuso un cambio sin precedentes en Andalucía encizaña de nuevo la vida pública de la región. A dos años de las elecciones autonómicas, empezamos a notar ciertas dosis de crispación en las instituciones. El Parlamento andaluz ya ha vivido alguna situación sonrojante. Sin ir más lejos, el bochornoso enfrentamiento entre el consejero Arturo Bernal y la socialista Ángeles Férriz o la tensión, apaciguada por el afable presidente de la Cámara, en la propia sesión de control celebrada ayer.

Fachada del Tribunal Constitucional.

La sorprendente decisión del PP de cambiar in extremis la Ley del Consejo Consultivo para que Manuel Chaves y José Antonio Griñán no puedan formar parte de este órgano está lejos de convertirse en un mensaje de templanza. Todo lo contrario. Es una medida política revanchista ya que el grupo popular trata de castigar a los ex presidentes tras ser exonerados por el Constitucional.

Al PP le ha ido muy bien por el sendero de la moderación. Con ella ha conseguido un apoyo popular inimaginable en otros tiempos y un más que probable cambio sociológico en la comunidad. Por esa vía, las elecciones de 2026 le volverán a sonreír, pero recurrir al rodillo parlamentario por fines partidistas y con el objetivo de dar un escarmiento a dos ex presidentes que, al fin y al cabo, son parte de la historia de la comunidad, es harina de un costal muy alejado del axioma juanmista de la moderación. No caigamos en los errores de la política nacional y mantengamos, en la medida de lo posible, la distensión.

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