La educación es un derecho fundamental al que todos tienen derecho y, a ciertas edades incluso, obligación de asistir a los centros estipulados para dicha función.
El absentismo escolar es un problema que afecta sobre todo al sector de la sociedad más empobrecido, pero que no deja de ser un mal común en los distintos núcleos donde la falta de motivación o de inquietudes impide en correcto desarrollo educativo.
En España la educación es obligatoria a partir de los seis años, siempre teniendo en cuenta el año en el que se nace, y continúa hasta mínimo los dieciséis. Edad en la que el alumno puede elegir que camino coger tras haberse formado, supuestamente, en una base cultural y educativa que consiga encaminar su vida hacia lo que realmente desea hacer.
El problema del absentismo escolar nace entonces cuando las escuelas y familias no tienen las herramientas suficientes para dar cobertura a los distintos tipos de caminos que existen en las aulas y en las respectivas casas.
Causas
Jóvenes que debieran estar estudiando han sido localizados por la policía local en el mercadillo de los martes.
Hay casos que han sido provocados por alguna falta puntual pero sin llegar a convertirse en abandono de su enseñanza.
También se recogen datos por traslado de domicilio.
La esperanza es lo último que se pierde
Los datos recogidos desde el curso 2009/2010 y ofrecidos por la concejalía de Educación portuense muestran una gran variedad de números a lo largo de los cinco siguientes cursos. El pico más alto de abandono desde entonces se recogió en el curso 2011/2012 con un total de 43 casos de niños que no asistían a la escuela.
La parte esperanzadora de la historia es que el pasado curso 2014/2015 el número de alumnos que dejaron de acudir a los centros escolares decreció hasta 13.
