Ya empezamos otra vez a sacar a Franco a paseo tras la sentencia del Supremo que ratifica la exhumación de sus restos o quizás de su momia porque según las malas lenguas dicen que los gusanos están en posición de firme pegados a la pared.
Este triunfo del Gobierno de Pedro Sánchez lo vamos a estar escuchando de boca de los socialistas día y noche hasta el 10 de noviembre, y cómo no, el plagiador de la tesis doctoral, se ha congratulado mandando un mensaje desde tierras americanas.
A la gran mayoría de los españoles les importa un comino donde debe reposar los restos del que durante 40 años fuera el Jefe del Estado, aunque cantar victoria puede ser precipitado ya que la familia del General va a recurrir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo si fuera necesario.
Otro anuncio que hemos oído de la ministra de Hacienda en funciones es que se van a liberar 4.500 millones de euros para los comunidades autónomas con objeto de que puedan regular el presupuesto al que tenían que haber hecho tras las elecciones de abril, pero que según la ley no se podía hacer lo que demuestra que estas medidas se toman con fines electorales.
Sin embargo, el presidente en funciones tiene una espada de Damocles sobre su cabeza porque posiblemente en el mes de octubre conozcamos la sentencia de los EREs y si como suponemos es condenatoria la situación política se le presenta muy mal, ya que toda la oposición pediría su dimisión por la corrupción de su partido.
Por otra parte, al ministro de Exteriores en funciones, señor Borrell, le han pedido en Bruselas que aporte los datos de la venta de las acciones de Abengoa el día antes de la suspensión de pagos de la empresa de la que él era miembro de su junta directiva y por tanto, tenía información privilegiada por lo que fue penado en España con una multa de 30.000 euros pero en Europa este delito, que lo es, se castiga con la dimisión. Así que supongo que no va a tener ningún cargo en la Comunidad.
Así pues, señor Sánchez, vaya tomando nota por si le llaman porque como usted mismo dijo en el Congreso, un ministro alemán tuvo que dimitir por plagiar un párrafo en su tesis, no 80 como hizo su señoría.
Es lamentable que le hayan regalado ese título de doctor que figura en su currículum, mientras tanto, jóvenes tardan en conseguirlo y aún es más lamentable la corrupción cultural que se ha instalado en algunas universidades y que sin duda alguna es peor que la corrupción económica por el impacto que causa en la educación. Es mejor ser aprendiz de todo, que maestro de poco.
