El día mundial contra la obesidad se celebra cada 12 de noviembre y fue nombrado por la OMS con el fin de informar y concienciar a la población mundial de los peligros y riesgos para la salud que supone este problema.
La obesidad es el estado patológico que se caracteriza por un exceso o una acumulación excesiva y general de grasa en el cuerpo derivado de un aumento en el consumo de calorías procedentes de la dieta y de unos hábitos de vida completamente sedentarios.
Este concepto es fácilmente confundible con el de sobrepeso. Aunque parezcan términos similares que llegamos a utilizar indistintamente, hay diferencias. Por una parte, el sobrepeso puede deberse también al exceso de músculo, agua o hueso, supone menor riesgo para la salud, tiene diferente tratamiento y lo más destacado es que la obesidad es considerada una enfermedad mientras que el sobrepeso solo un factor de riesgo para la salud.
Para diagnosticar el grado de obesidad de una persona hasta hace poco se utilizaba el índice de masa corporal (IMC), un indicador simple de la relación entre el peso y la talla en personas adultas. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros. Este valor podía arrojar cuatro tipos o grados de obesidad de riesgo creciente para la salud.
Entre las complicaciones que genera esta enfermedad en nuestro organismo, podemos señalar entre los efectos generales: diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, síndrome metabólico, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, esterilidad, cáncer de colon y discapacidad y reducción de la movilidad.
Los efectos en niños y adolescentes son igualmente importantes pues un niño/adolescente obeso puede sufrir rechazo social, baja autoestima y depresión. La obesidad infantil está asociada a una amplia gama de complicaciones de salud graves y a un creciente riesgo de contraer enfermedades prematuramente, entre ellas, diabetes y cardiopatías.
Los datos son escalofriantes. Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. Los últimos estudios revelan que más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos. Estas cifras incluyen a más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) y 41 millones de niños menores de cinco años
En España se estima que más de la mitad de la población adulta, un 53%, está por encima de su peso, un 36% de la población con sobrepeso y un 17% con obesidad. En el caso de los niños, un 12% padece sobrepeso y un 14% obesidad.
Las causas de este incremento de la obesidad en el mundo podrían resumirse en cuatro factores: El cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables, la predisposición genética, la pobreza y la vida sedentaria. De la misma manera distintos nutricionistas como Aitor Sánchez y Juan Revenga nos alertan de la importancia del nivel educativo del consumidor y de la información muchas veces engañosa que recibimos a través de la publicidad y las declaraciones nutricionales de los alimentos que consumimos.
La obesidad es un problema muy grave que se combate en resumidas cuentas teniendo una dieta variada y equilibrada, realizando ejercicio físico diariamente y dándole la importancia social y política que merece.
Andalucía ha sido pionera en luchar contra esta enfermedad y se han creado o modificado varias leyes para prevenir la vida sedentaria y promover la actividad física y la alimentación saludable. Sin ir más lejos, el año pasado se aprobó el proyecto de Ley para la Promoción de una Vida saludable y una Alimentación Equilibrada que pretende establecer las bases de las políticas contra la obesidad en nuestra comunidad autónoma.
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Alumnos del IES Los Molinos participan con sus trabajos con el periódico Viva Conil divulgando sobre ciencia y otros temas importantes en su realidad cotidiana. En esta ocasión ha sido redactado por Ana Guerrero Ponce de León 3º ESO C.
