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Santa Fe y Atarfe atienden 400 reclamaciones de vecinos, que siguen con miedo

Algunos de ellos tan asustados por estos temblores tan repetidos que se mantienen fuera de sus domicilios

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  • Terremoto. -

Santa Fe y Atarfe, los municipios más afectados por la serie de terremotos del área metropolitana de Granada, han atendido ya más de 400 peticiones por daños y desperfectos de vecinos, algunos de ellos tan asustados por estos temblores tan repetidos que se mantienen fuera de sus domicilios.

Los ayuntamientos de esta localidades próximas a la capital granadina continúan atendiendo afectados por daños materiales no estructurales a raíz de los seísmos, sobre todo por el de magnitud 4,4 del sábado y los otros tres, de entre 4,2 y 4,4, que se sucedieron en la noche del pasado martes.

A pesar de que la inmensa mayoría de temblores han tenido epicentro en Santa Fe, el municipio limítrofe de Atarfe sigue siendo el más afectado de la zona y ha atendido las peticiones de unos 300 vecinos, según ha informado a Efe este jueves su alcalde, Pedro Martínez.

El regidor ha detallado que, de estas 300 reclamaciones, el Consorcio de Compensación de Seguros ya ha tramitado 180 e incluso los peritos ya están visitando los inmuebles afectados, mientras que el resto de damnificados está recabando la documentación necesaria para poder completar la correspondiente solicitud.

Martínez ha confirmado que la mayoría de los desperfectos han supuesto grietas en muros, techos, suelos y en distintos elementos ornamentales y revestimientos de inmuebles, sin que se hayan detectado afortunadamente daños en las estructuras de los edificios.

En el caso del colegio público Jiménez Rueda el Ayuntamiento ha llevado a cabo el derribo controlado y preventivo de una cubierta exterior de ladrillo que rodeaba el gimnasio de este centro educativo, en el que ya se acordonó esta zona el pasado domingo y donde no ha llegado a ser necesario suspender la actividad lectiva.

En Santa Fe, la oficina municipal de atención a los terremotos ya ha sumado por su parte más de un centenar de avisos de vecinos y ha tenido incluso que ampliar su horario de atención al público y el número de citas previas.

Manuel Gil, alcalde de la localidad, calcula que las peticiones de ayudas por parte de los vecinos puedan superar en los próximos días las doscientas, y ha indicado a Efe que este recurso municipal se mantendrá abierto "mientras que sea necesario".

Tanto él como el regidor de Atarfe coinciden al señalar que los vecinos de ambas localidades mantienen "el miedo en el cuerpo" mientras tratan de volver a la normalidad y, a pesar de que los temblores de esta pasada noche han sido algo más leves, algunos de ellos han permanecido durante todas estas noches fuera de sus viviendas por miedo a las réplicas.

"Nuestra recomendación es que los vecinos se vayan a sus casas. Si hubiera terremotos y emergencias mayores volveremos a habilitar espacios abiertos seguros como parques e instalaciones deportivas, como hicimos el pasado martes por la noche", ha comentado Gil.

También tiene conocimiento de que algunos vecinos se marcharon ese mismo día a segundas residencias, fuera de la localidad, por la especie de "pánico colectivo" que generaron los temblores tan fueres y repetidos.

"Aunque preocupan y alarman mucho, los expertos insisten en que todo está dentro de la normalidad", ha recalcado el alcalde, quien no descarta que los servicios sociales tengan que atender a quienes hayan quedado también psicológicamente afectados.

Por otra parte, Macarena Olona, diputada por Granada y secretaria general de Vox en el Congreso, ha preguntado al Gobierno qué medidas ha puesto en marcha para ayudar a granadinos frente a los numerosos terremotos que se suceden desde hace más de un mes y cuáles son los planes de respuesta urgente en cooperación con la Junta de Andalucía en el caso de que la intensidad de los terremotos fuera en aumento.

La diputada pide actualizar la norma de construcción sismorresistente que permita "estar preparados y responder ante futuros terremotos", ya que esta normativa no ha sido modificada en diecinueve años y es el momento de dotar de una mayor seguridad a las edificaciones y evitar así riesgos para la población. 

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