Hace un par de días, Ribero, un perro de Guaro, nos enseñaba lo que era fidelidad, amor y lealtad; hoy, dos humanos en Almogía nos enseñan la crueldad, el maltrato y la muerte.
Desde la Protectora de Málaga, nos vamos a personar como acusación popular, ahora que aún podemos, porque el Gobierno pretende quitar esa posibilidad a las asociaciones animalistas en la nueva ley de Enjuiciamiento CriminalRibero escapó del refugio, en demanda de su dueño fallecido y volvió a Guaro, al río donde iban de paseo, y ahí sigue, mientras lo intentamos sociabilizar y convencerlo que debe dejarnos ayudarle, porque él sigue esperando a su humano, no desea ni busca otra cosa.
Mientras en Almogía, un padre y un hijo estaban intentando ahorcar a un pobre perro de caza, apenas un año y medio de vida, en una rama de olivo, alguien les recrimina y huyen.
SEPRONA, alertada por el vecino que los vio, fue al lugar pero ya no encontró nada. Posteriormente, los detuvieron y declaran que lo han ahorcado y después arrojado a un precipicio, porque no “servía para cazar”.
Padre e hijo, transmitiendo tradiciones de generación en generación. Y me pregunto, ¿a cuántos más han ahorcado?, ¿qué vida habrá llevado ese pobre perro?, ¿y los demás? ¿estarán ya enseñando esa bonita tradición a sus nietos?.
La caza. La caza maltrata y mata, mata perros, mata animales salvajes y libres, mata personas, esa es la realidad de la caza, les guste o no a políticos y cazadores, esa es la realidad que muchos españoles queremos que termine de una vez.
La Protectora de Málaga, nos vamos a personar como acusación popular, ahora que aún podemos, porque el Gobierno pretende quitar esa posibilidad a las asociaciones animalistas en la nueva ley de Enjuiciamiento Criminal. O sea, la única voz que tienen los animales, la ahogan, la tapan, la amordazan; los animales que son víctimas mudas ante el maltrato, se quedarán sin voz como ese proyecto salga adelante.
La acusación particular y la acción civil no pueden reservarse a los ofendidos o perjudicados directos, en este caso, los animales, porque, obviamente, no tienen manera de denunciar a los humanos que los maltratan.
Las asociaciones debemos tener la legitimación activa para poder denunciar cualquier caso de maltrato, teniendo la consideración de acusadores particulares, porque de otra manera, los animales estarán aún más indefensos. Indefensos y mudos.
Carmen Manzano, presidenta de la sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga