Coincidiendo con la campaña madrileña y el cambio en el liderazgo de Unidas Podemos, los encontronazos entre los dos socios del Gobierno de coalición se han suavizado, y entre las dos partes parece emerger un espíritu de colaboración que les lleve a priorizar y reprogramar los acuerdos de investidura.
De hecho, el equipo de la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, y el del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, buscan fecha para una reunión que formalice el arranque de esta nueva etapa.
Si aún no se ha producido es porque los viajes internacionales y la agenda de ambos no han permitido encajarlo, según explican a Efe fuentes de la parte morada del Gobierno.
La cita servirá para visibilizar que no sólo Unidas Podemos sino todo el Gobierno abre etapa con la salida de Pablo Iglesias.
Su sucesora ha soltado amarras y ha dejado claro que buscará un "liderazgo no confrontativo" y dejar atrás "la política del ruido y de los muros", enmendando en cierta forma la estrategia de Iglesias.
También en sus primeros pasos como ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra ha suavizado su registro de "mano dura" y azote del PSOE que había mostrado previamente como secretaria de Estado.
Aunque sigue sin avances la negociación con los socialistas en materia de Vivienda, el equipo de Belarra ha dejado de poner el acento tras cada reunión en la "falta de voluntad" de cambio que detecta en los socios del PSOE y ella misma ha expresado su convencimiento de que el texto final permitirá "poner techo a las subidas abusivas del alquiler".
Belarra hizo estas declaraciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de esta semana, un espacio en el que desde el pasado 19 de enero no participaba ningún ministro de la coalición morada.
En aquella ocasión fue Alberto Garzón quien compartió mesa con la portavoz, María Jesús Montero, para explicar una reforma de la ley que reforzaba a los consumidores vulnerables.
Desde entonces, resumen en Unidas Podemos, los socialistas habían "bloqueado" la presencia en la rueda de prensa de sus ministros, motivo por el cual, explican en la coalición, ellos grababan sus propios vídeos y los difundían en redes sociales.
El hecho de que esta semana los socialistas compartieran espacio con Belarra se interpreta de forma distinta en Unidas Podemos: fuentes de Unidas Podemos en el Gobierno valoran que los socialistas se hayan dado cuenta de que si ceden espacio a los morados, la relación entre los dos socios engrasará mejor.
Pero otras fuentes reducen el gesto a una actitud de mera cortesía con una ministra que se estrena y alertan de que los problemas con el PSOE persisten más allá de las formas por el simple hecho de que los socios "se niegan a cumplir el programa de Gobierno".
El cambio de registro en la coalición de Iglesias se ha traducido esta semana también en el apoyo al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, para retirar de forma definitiva la proposición de ley para que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pudiese reformarse por mayoría absoluta, tras el tirón de orejas de la Unión Europea.
Sentada en la mesa del Consejo de Ministros, Belarra mostraba su sintonía con Campo -uno de los ministros socialistas con los que los de Iglesias han mantenido una relación más tensa- prácticamente a la vez que en el Congreso el presidente del grupo, Jaume Asens, negaba que esa iniciativa se fuese a retirar.
Posteriormente hubo una rectificación de Asens, pero la anécdota sacó a la luz dos cosas: que Unidas Podemos modulaba su posición mantenida hasta el momento para echar un cable al PSOE y que hay una cierta descoordinación entre el Gobierno y el grupo parlamentario.
Fuentes de Unidas Podemos en el Congreso así lo reconocen pero enmarcan en la "normalidad" que en sus primeras tres semanas como vicepresidenta, Yolanda Díaz aún no haya interiorizado cuáles son los canales habituales de comunicación.
Sin embargo, estas mismas fuentes apuntan que el nuevo estilo de liderazgo de Yolanda Díaz, de perfil amable y favorable al pacto, despierta recelos en un sector de Podemos más acostumbrado a trabajar con la línea combativa de Iglesias.
No obstante, todos los que reconocen que la perspectiva electoral de Unidas Podemos ha mejorado gracias a la imagen de Yolanda Díaz.
La voluntad de los ministerios de Podemos, de hecho, es que sean Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero, quienes asuman el papel de negociar y rebatir a los socialistas para proteger así a su vicepresidenta, al contrario de lo que sucedía con Iglesias, que se sentía cómodo en su rol de "cabezón" y que además, apuntan en el partido, prácticamente ya no tenía reputación que perder.
Yolanda Díaz hereda tres grandes choques, uno por ministerio: su derogación de la reforma laboral y revisión del sistema de contratos de trabajo, la ley de Vivienda con la regulación de los precios del alquiler, y el hueso más duro de roer, la ley 'Trans' que impulsa Irene Montero y que veta la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo.
Sobre este último asunto, fuentes de Unidas Podemos lamentan que el PSOE "no se ha movido" y que se niegue a cumplir con el programa de Gobierno, con lo que entienden que, por mucho que parezca otra coas, en el fondo "nada ha cambiado" y el conflicto con el PSOE persistirá hasta que se decidan a mover ficha.
En el aire está si esa reunión pendiente entre Sánchez y Díaz servirá para desbloquear esos asuntos clave para Unidas Podemos y si será antes o después del 4 de mayo, una cita electoral que en esta ocasión y a diferencia de lo que sucedió en las catalanas no ha servido para marcar distancia entre los socios, que parecen haber formalizado un pacto de no agresión.