¡Viva Antonio “Espartaco”!

Publicado: 09/06/2021
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

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Le sobra en el pecho toda la hombría que le falta a quienes manipulan en los despachos la libertad de los vecinos de un pueblo que es conocido en el mundo...
Le sobra en el pecho toda la hombría que le falta a quienes manipulan en los despachos la libertad de los vecinos de un pueblo que es conocido en el mundo por su hijo Juan Antonio. Le sobra en el alma la honradez que no tienen los advenedizos que, al olor de un plato de comida escasamente ganada con los riñones, se acercan al universo de la política bajo un supuesto interés por ayudar al prójimo. Le sobra la categoría y la educación que no tienen quienes se escudan, se esconden, se tapan en el burladero de un sistema que aporta vericuetos para huir del cumplimiento necesario del sentido común. Le sobra la bragueta que no tiene quien aún no ha salido a dar la cara por derecho y gritar -como gritan los hombres que llevan razón- cuál es su manera de entender la vida y la libertad (esta última siempre que crea en ella, claro).

A Antonio Ruiz "Espartaco", el padre de los toreros, le sobra todo eso. Y también le sobran toneladas de constancia, de afición, de sonrisas, de manos tendidas y de sueños. A esta hora es un hombre triste porque el Ayuntamiento del pueblo que ama se empeña en señalarle como responsable y defensor del derramamiento de sangre de muchos animales.

Lo que está sucediendo en Espartinas es triste, lamentable, bochornoso incluso. En base a las minorías que deciden, la localidad se convierte en hazmerreir de quienes defienden el sentido común, colectivo que mira hacia Espartinas con nostalgia e incertidumbre, con mucha pena. Esa plaza de toros debería estar ya en funcionamiento, por motivos tan evidentes que da vergüenza tener que esgrimirlos. Sea un concejal de IU o sea un puñado de representantes de cualquier partido político, no tiene pies ni cabeza este ataque frontal a la cultura del pueblo andaluz en general y a la de Espartinas de manera concreta. No hay derecho. Es sangrante. La cultura es patrimonio del pueblo y en el caso de esta villa aljarafeña, la fiesta de los toros lo es todo, significa todo.

En cuanto al caso de Antonio Ruiz "Espartaco", hombre dedicado a la fiesta, su fomento y su defensa, chorrea bilis el odio de una casa consistorial que ahora descansa su mala baba en defectos de forma. Escusas. ¡Tírese usted a los papeles, bucee, encuentre una solución urgente dentro de tanto supuesto impedimento y cumpla con justicia! Uno de los nuestros, Antonio "Espartaco", lleva tatuado en el alma el bello amanecer de su pueblo. Pero ustedes, ay odio maldito, no quieren verlo.

Más allá de lo que pase, más allá del asqueroso universo político, lo que no tiene sentido es que aún nos estemos planteando los méritos de un hombre que ha dedicado cada minuto de su vida a promover, llevar por bandera y presumir de un pueblo que no estaba en el mapa hasta que en los año 80 su hijo Juan Antonio se convirtió en figura indiscutible del toreo. Y por eso es conocida la localidad en todo el mundo, por el nacimiento de un torero. Por los toros. Y eso no se borra ni cerrando una plaza ni esquivando un reconocimiento.

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