Una vez terminada, la hablilla no ha dejado de sugerir titulares. Lo ha hecho con la cadencia de un vals tan alegre como una mazurca, con el compás marcado por el metrónomo que impulsa el Arte y al final ha tomado el mismo de la exposición que hace un par de semanas se inauguró en Espacio Uno, la sala más joven de La Isla.
Osario para rosas es un titular de doble acepción, la del grupo de obras pictóricas que se exhiben allí y el último trabajo de Dolors Alberola, una selección de microrrelatos alusivos a una flor muy significativa, evocadora y sugerente, ya que para muchos autores simboliza la poesía.
El libro es tan curioso y detallado como un buqué, donde este género literario se conjuga con la rosa como protagonista. La economía verbal aporta a la concisión la fuerza necesaria para motivar la imaginación del lector, que con deleite responde al impulso de sonreír, reír, suspirar y frotarse los ojos una vez terminada la lectura de cada uno de los textos, de cada una de las ochenta y seis rosas distintas, reales y no tanto que componen este libro digno de habitar en la mesa de noche. Y ha sido la sala Espacio Uno donde ochenta y seis artistas se han rendido a la seducción de sus páginas dando forma y color a sus sensaciones ante la mirada fucsia que, desde el fondo de la sala, celaba la visita la noche de la inauguración.
Más tarde la emoción subió a la azotea donde tuvo lugar la lectura de algunos de los textos por parte de la autora. El aire era una brisa oscura buscando la luna, un barzoneo lento bajo la mirada brillante de Júpiter y Venus que, con pena y celos, contemplaban el revoloteo de la aliteración junto a la voz de Dolors Alberola, tan intimista y mágica como este lugar cuadrado por donde vuela libre la imaginación.
En Osario para rosas la autora ha transformado los versos en renglones para jugar al despiste con el lector, quien descubre en este particular trampantojo los mismos elementos que en un poema, pero sin la formalidad de la poesía. La actitud lírica de Dolors Alberola ha hecho de la sensación la herramienta fundamental de este último trabajo que no deja indiferente, ya que el erotismo, la ironía, la crítica social o el amor recrean la belleza espinosa y a la vez delicada de la flor, su fragancia antigua y la explosión de sus colores, como han mostrado cada uno de los pintores.
Gracias a Dolors Alberola por contar y a Espacio Uno por estar.