En marzo los recuerdos resbalan por la claridad fría de la mañana, especialmente aquellos que desde hace tiempo tienen nombre de mujer. Con un pie fuera del colegio empezamos a conocer su lucha incansable desde el silencio de los fogones cosiéndola a los dobladillos, a los ribetes, a los ojales, liberándola confundida entre los colores de un lienzo, las curvas de una escultura, el título de una novela o los versos de un poema. Una rendija abierta con la valentía de un gesto trasgresor, una rendija que se ensancha, pero aún le queda.
En marzo vuelve el cuento favorito mientras el guiso de alcauciles se desparramaba por la casa, el paño húmedo sobre la señal del dobladillo alargado esperando el calor de la plancha, las primeras medias, sorpresa de nylon para estrenar en primavera, las rozaduras en los pies mientras el cuerpo cambiaba, los juguetes quietos al vernos con un libro.
Marzo se confunde al evocar la fecha cuando arrancaba con Emma Bovary,
Miss Dalloway, Ana Ozores, Tali de
Entre visillos, la
Niña Chole de la
Sonata de estío, la joven Andrea de
Nada, mujeres que nos ayudaron a madurar con la lectura, a conformarun bagaje literario iniciado en la adolescencia, cuando
Mortadelo,
Anacleto,
Ester y su mundo,
Los Cinco y
Las mellizas O’Sullivan se quedaron en el estante con nuestras miradas, las huellas de los dedos y nuestro agradecimiento entre sus páginas.
Desde hace menos años marzo nos devuelve a Maite en el aeropuerto con el recuerdo de su abuela contándole verdades sin terminar,a Alda envolviendo su enfermedad en pañuelos de colores, a Malasanta, viviendo su infancia sin saber que había otra con niños, a Leonor, mujer independiente, insegura y sin embargo valiente, a Lola y a su sobrina Sara dentro de un coche bebiéndose los kilómetros que las llevan a su interior, y al Memorial a
Ellas, al primero, el que descubrió el rastro de tantas mujeres, cuya vida no salió de la casa por donde corretearon sus hijos y dejaron de vivir sus padres, un rastro que se ha llenado de luz con la publicación del segundo volumen y la ilusión puesta en un tercero.
Carmen Orcero, Purificación García Díaz, Antonio Tocornal, José Carlos Fernández y Alicia Domínguez forman parte del arranque de este marzo. Para cuando enfile la última semana, habremos vuelto a más títulos, sin embargo esperamos a otras mujeres, las escondidas en legajos anudados, en los documentos firmados por otras manos, enlos manuscritos anónimos con olor a cajón.