A veces es posible disponer de un rato entre las tareas diarias, momentos acompañados por un café y la lectura de un periódico, por ejemplo, para ubicarnos en la jornada. El móvil o la Tablet ofrecen un número de enlaces inimaginables, por eso nos enganchamos a aquellos que hojeábamos -hasta hace nada- en papel por fidelidad y a otros más desenfadados para sonreír y sorprendernos, logrando una especie de equilibrio donde apoyar los imponderables de la rutina. En estas páginas donde parpadea la publicidad y desentonan los videos por su estridencia encontramos remedios caseros divertidos, algún personajete buscando una esquela en los ecos de sociedad y otros titulares que limitan con la perplejidad logrando el objetivo: entretener un rato, ponerle al día una luz distinta con un foco de exclusividad. Y el medio lo logra.
La pantalla convertida en rodillo digital va subiendo según la velocidad lectora y la extensión del encabezamiento. Lo va dejando arriba, como en un altillo, hasta detenerse en aquella noticia cuyo titular nos atrapa, como ésta referente a una costumbre nacida, al parecer, en Estados Unidos y viralizada en la red Tik Tok, muy popular por sus videos cortos. En este caso las imágenes están grabadas en una cocina mientras se trocea una pechuga de pollo sobre la tabla. Sabida es la obligatoriedad de lavar el producto a preparar, sin embargo esta carne blanca tiene sus adeptos y sus enemigos, porque hay quien la prefiere o abomina de ella y, como todo en la cocina, unos la lavan y otros prefieren quitarle solo la grasa.
Pero la noticia no es mera información, sino la crítica a la forma en que una costumbre se puede distorsionar y provocar un mal mayor, pues al lavado de la pechuga bajo el chorro de agua se le está agregando un poco de lavavajillas. Las consecuencias pueden ser muy graves, sin duda, pero la pregunta es por qué se ha llegado a esto. Quizás se retoma la barbaridadde la gota de lejía para enjuagar la lechuga o bien es consecuencia de la higiene extrema durante la pandemia y el miedo o la desconfianza que aún nos ronda. Lo que no se sabe o se ha olvidado es el consejo, la sugerencia o la norma, si se quiere, para no lavar el pollo antes de cocinarlo y que encontramos a lomos del ratón.
Al leer artículos de este tipo nos damos cuenta de cómo nos ha trastocado este infortunio, cómo ha cambiado una costumbre en una obsesión peligrosa para la salud familiar. Cuándo la incertidumbre abrazará la confianza. Aún queda.