Las familias onubenses tienen muy claro que
el acoso escolar es uno de los principales retos presentes en las aulas. Por ello, Fampa Huelva, que agrupa a las asociaciones de madres y padres de alumnos de la provincia, ha organizado
unas jornadas formativas que pondrán el foco de atención en la prevención de la violencia escolar. Bajo el título ‘Educar para la convivencia: herramientas de prevención’, padres y madres de alumnos onubenses asistirán este sábado en el colegio Doce de Octubre de la capital onubense a un programa formativo impartido por la trabajadora social Mariló Duque, experta en acoso escolar.
Según ha explicado la propia Duque a Viva Huelva,
el objetivo es que las familias asistentes sepan no solo reconocer y actuar ante un posible caso de acoso sino, fundamentalmente, aportar estrategias para que contribuyan a su prevención.
“Tenemos que promover la parentalidad positiva porque esta forma de educar supone también prevenir el acoso escolar”, señala Duque. La prevención, asegura, debe ser siempre la primera fase a la hora de abordar el acoso. Sin embargo, admite, cuando esta falla y las situaciones de violencia se producen, las familias también deben tener las estrategias para poder abordarlas. Además de ofrecerles una información teórica, Duque trabajará estas estrategias de forma prática con las familias asistentes.
Precisamente, analiza Duque,
“la formación en el ámbito educativo y familiar” es una de las “principales carencias” en el abordaje actual del acoso escolar que han señalado figuras como el Defensor del Menor. “En general todo el mundo sabe de qué estamos hablando cuando decimos acoso escolar pero no tanto cómo podemos actuar”, dice.
La trabajadora social reconoce que en el momento actual existe “más conciencia” en la sociedad sobre esta problemática y sobre las “graves repercusiones” que el acoso en las aulas tiene sobre víctimas, agresores y entorno. Sin embargo, dice, estas situaciones siguen siendo “demasiadas” y se dan “prácticamente en todos los centros educativos”. Los últimos datos de la Fundación Anar hablan de que u
no de cada tres niños ha presenciado alguna vez una situación de acoso. “Son datos escandalosamente altos”, valora la trabajadora social.
Afortunadamente, explica Duque, ya existen protocolos que se ponen en marcha y los propios centros están concienciados sobre la necesidad de intervenir en lo que antes se consideraban solo “cosas de niños”. El problema, insiste Duque, es que sigue haciendo falta “más formación” para que profesores y familias sepan actuar. “Estamos avanzando poco a poco pero desgraciadamente queda mucho por hacer”, valora la experta.
Las nuevas tecnologías suponen un problema añadido a esta realidad y plantean nuevos retos. El nacimiento del ciberacoso, explica Duque, ha ampliado el alcance de la violencia escolar y ha complicado su abordaje. “Antes el acoso terminaba en en el centro pero ahora continúa fuera de él”, indica.
El papel que juegan las familias en este tema, insiste Duque, es fundamental. De ahí la importancia de potenciar jornadas como la que organiza Fampa. Durante esta sesión, explica, quiere que las familias tengan muy claro que deben apostar por “una comunicación de calidad con sus hijos” como la mejor estrategia para luchar contra el acoso. “Si tenemos una comunicación abierta vamos a facilitar la prevención, no solo para que nuestros hijos no sean víctimas o agresores sino para que si presencian un caso se posicionen y sepan como actuar”, dice Duque.
Esta enseñanza, recuerda, no solo beneficia al ámbito educativo. “Estos niños serán adultos mañana y prevenir el acoso es prevenir también la violencia entre los adultos”, afirma.