Efectivos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la
Guardia Civil siguen buscando
pistas que lleven a dar con el
paradero de los dos temporeros desaparecidos en Villacarrillo. Lo están haciendo con ayuda de
retroexcavadoras que, por mandato del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Villacarrillo, se han puesto a disposición de la investigación.
En concreto, las máquinas se están centrando en una especie de
escombrera situada en una extensa zona y no se descarta que se extienda a algunos de los
túneles ferroviarios en desuso de la antigua línea Baeza-Utiel.
De esta forma se sigue intentando acotar la búsqueda del senegalés Ibrahima Diouf, desaparecido en enero de 2021 y del maliense Tidiany Coulibaly, también desaparecido, pero en diciembre de 2013. La conexión entre los dos temporeros, desplazados a Villacarrillo para trabajar en la campaña de aceituna, es el que fuera su patrón y que ya fue juzgado y absuelto por la desaparición forzosa de Tidiany. Otra de las coincidencias es que los dos temporeros se enfrentaron a al empresario agrícola investigado por las condiciones de trabajo.
Lo cierto es que, hasta el momento, la investigación se ha vuelto a centrar en este vecino de Villacarrillo y de hecho desde la pasada semana la UCO ha buscado con georradares en su finca de La Moratilla, en Villanueva del Arzobispo (Jaén) y el pasado viernes se llegó a registrar por primera vez su domicilio, así como una poza de riego, según han indicado fuentes de la investigación a Europa Press.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ya indicó el pasado miércoles que a partir de esta semana se abriría una "nueva línea de investigación", que pasa por ahora por el rastreo de esta especie de escombrera.
Cabe recordar que la UCO ha venido llevando a cabo pesquisas sobre el terreno, en propiedades de la persona investigada, para tratar de encontrar alguna pista sobre el paradero del último jornalero desaparecido, pero también de Tidiany, cuya desaparición se produjo hace nueve años.
En un primer momento, hubo registros minuciosos en un garaje y una vivienda, en los que también participaron perros del servicio cinológico. Además, se contó con miembros de los grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) y de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) para la inspección de un pozo ubicado en el inmueble. Después, se inspeccionó una finca de olivar propiedad del citado vecino.
La persona investigada ya fue detenida por la desaparición en diciembre de 2013 del temporero maliense que trabajaba para él en la recogida de la aceituna y cuyo cuerpo sigue sin aparecer.
Se trataba de Tidiany Coulibaly, de 22 años, del que se perdió el rastro después de que él y otros trabajadores inmigrantes de su cuadrilla mantuvieran una discusión con el referido empresario agrícola, al que manifestaron sus quejas por las condiciones de trabajo en la recolección.
Tras ser juzgado en 2016 por, entre otros delitos, explotar a trabajadores inmigrantes y haber hecho desaparecer a uno de ellos que se levantó en portavoz de la cuadrilla, fue absuelto del delito de desaparición forzosa de Tidiany Coulibaly.
La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén, por contra, lo condenó a un año de cárcel y multa de 4.200 euros por un delito contra los trabajadores, que "eran explotados", y a otro año y medio de prisión por un delito contra la Administración de Justicia junto a otra multa de 6.000 euros. Además, por una falta de defraudación de fluido eléctrico se le condenó al pago de otra multa por valor de 1.200 euros.