“Siempre ha sido un sacerdote ejemplar”. Es la expresión más repetida entre los feligreses que han conocido a don Miguel Funes Gálvez, expárroco de San Miguel.
Lo es desde 1972, fecha inaugural de la parroquia y allí ha continuado hasta el 15 de agosto de 2013. En 2007 pasó a la condición de párroco emérito. Desde el primer día sus homilías han conquistado el corazón y la fe de los jienenses que mañana se reunirán en un almuerzo-homenaje para agradecerle su labor parroquial y su condición personal. Uno de los feligreses que ha iniciado la organización del homenaje ha sido Matías García, que lo conoce desde hace cuarenta años, y destaca de don Miguel Funes su capacidad para empatizar con todas las personas que se han acercado a él.
“Es un hombre generoso que siempre ha vivido de forma muy humilde”, reconoce. En la organización ha trabajado Concepción Ortega, que asegura que la idea rondaba entre muchos feligreses porque como tal necesitaban rendirle un homenaje como agradecimiento. “Las puertas de su parroquia siempre han estado abiertas a todos”, apunta Concepción Ortega.
También lo conocen los médicos José María Sillero y Rafael Mazas, amigos de tertulia cada sábado en Los Pitufos. “Es un sacerdote ejemplar”, aseguran, coincidiendo en que “ha enseñado a los feligreses a vivir como cristianos, no con palabras, sino con los hechos, con el ejemplo de su vida”.
Miguel Funes, de 86 años, se ordenó sacerdote en Jaén en 1950. Fue director espiritual de su Seminario durante 5 años; párroco y arcipreste en Cazorla (8 años); vicario pastoral de la Diócesis, y canónigo y deán de la Catedral. Ahora, ante el homenaje que recibe por su ejemplo sacerdotal, ha comentado a VIVA JAÉN que agradece tantas muestras de cariño aunque no se esperaba el homenaje.