Ya se fue el fatídico y negro 2009 y ya está aquí el deseado 2010, el año de la esperanza de la recuperación económica. Un año nuevo que invita a nuevos proyectos y a olvidar los sinsabores pasados. Un año 2010, que no hay que engañarse, que va a tener unos primeros meses tan durísimos como los de 2009 y donde todos de nuevo tendremos que realizar muchísimos esfuerzos. No obstante, siempre queda la esperanza de ver llegar la luz al final del túnel.

Los Barrios, consenso y unión

Este propósito de enmienda con el año nuevo parece que lo ha tomado al pie de la letra el Partido Socialista de Los Barrios que coincidiendo con el cambio de año ha anunciado por fin la remodelación del equipo de Gobierno del ayuntamiento con la inclusión de los cuatro ediles críticos con Ángeles Ariza.
Es una gran noticia tanto para el PSOE provincial como para los propios ciudadanos de la Villa porque no hay nada tan incongruente que un partido que gobierna en un municipio o en cualquier otra administración esté dividido en dos.
El adiós de Alonso Rojas de la alcaldía fue traumático y los socialistas barreños han tardado demasiado tiempo en digerir la nueva situación. Un nuevo escenario que necesitaba el consenso interno y que parece tras esta reorganización de las concejalías que puede llegar ahora con la entrada del año nuevo. La cuestión está en si el daño hecho a la imagen del partido ante la población se podrá recuperar. Ariza y sus compañeros de partido tienen hasta mediados de 2011, fecha de las elecciones municipales, para enmendar todos los errores cometidos.

Ayuntamientos en rebajas

Una de las únicas cosas positivas del año 2009 es haber concienciado de una vez a la mayoría de los responsables de los ayuntamientos que el modelo de gestión municipal pasado era erróneo y muy temerario.
Los consistorios, sobre todo tras la experiencia que están viviendo tres de ellos, La Línea, San Roque y Los Barrios, con muchísimos problemas para afrontar pagos a final de mes, se han dado cuenta que deben administrar los bienes públicos con mayor sensatez y responsabilidad. Desde la primera peseta hasta el último euro.
Y en 2010 llegarán unas políticas de rebajas, de reajustes y de contención del gasto que a más de uno dará muchísimos quebraderos de cabeza. Los temidos EREs municipales pueden estar al llegar.

El eterno dilema de Gibraltar

Termina 2009 y comienza 2010 y un año más las relaciones entre España y Gibraltar vuelven a estar enturbiadas de incidentes que a simple vista pueden incluso parecer absurdos después de tantos años de convivencia. Cómo es posible que aún no exista un protocolo de seguridad consensuado entre ambas administraciones (casos de la incursión de guardias civiles) o como es posible que la legislación marítima sea tan flexible por no decir casi inexistente en la zona de jurisdicción portuaria gibraltareña (el último caso de las dos gasolineras flotantes a la deriva).

El Gobierno socialista de la nación apostó desde hace años por tender la mano a Gibraltar con la creación del Foro de Diálogo tripartido y es cierto que a través de este escenario se han conseguido algunos logros aunque también es cierto que los problemas prioritarios siguen sobre el tapete.
El Foro ha conseguido poner sobre la mesa los ingredientes necesarios para esta convivencia y solamente le falta voluntad política por algunas de sus partes para afrontar ante su opinión pública estos pasos decisivos. España, y la visita de Moratinos lo dejó claro, es el que más está exponiendo; en cambio, Peter Caruana y su falta, eterna ya, de madurez política es el que más piedras está poniendo sobre el camino. Esperemos que Caruana se decida ya de una vez en 2010.

En medio de este tablero de ajedrez se ha quedado el Partido Popular que prefiere tratar a Gibraltar como un tema político de confrontación con el PSOE en Madrid antes que buscar soluciones de consenso a pie de frontera. En este sentido, el nuevo alcalde de La Línea, Alejandro Sánchez, puede enseñar mucho a sus propios compañeros de partido.Esta semana el presidente del PP-A, Antonio Sanz, volvió a cargar contra el Foro y pidió volver “a una mesa bilateral de dos estados soberanos como interlocutores”, en alusión a España y Reino Unido; una propuesta que durante 300 años lo único que hizo fue acrecentar el odio entre uno y otro lado de la verja.

Alejandro Sánchez, sin embargo, se afana en todo lo contrario, en buscar soluciones en la calle para esos miles de trabajadores que cada día cruzan la frontera, en acelerar las obras aeroportuarias o en buscar aparcamientos para evitar las colas de entrada. En 2010, el PP también debería replantearse cual es el camino hacia Gibraltar.