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Así es Alalá Jerez: sonrisas, flamenco e integración

La Fundación Alalá trabaja con niños y niñas de la zona sur desde Estancia Barrera, donde se imparten talleres de flamenco para favorecer el acceso a la cultura

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La Fundación Alalá Jerez trabaja con niños y niñas de la zona sur, desde la sede de Estancia Barrera.

Momento de uno de los talleres de flamenco de la Fundación Alalá

En marzo de 2019 la Peña Tío José de Paula se llenó de niños y niñas de las Tres Mil Viviendas que vinieron hasta Jerez para presentar el proyecto social de la Fundación Alalá, que ya por entonces cumplía objetivos sonados en este barrio conocido en el mundo entero por su lado más temeroso. Ahí precisamente reside el fondo de este proyecto que ha regalado y regala sonrisas a cientos de niños y niñas andaluces: la integración a través del flamenco, la cultura. Vino entonces el artista Emilio Caracafé, siempre tan comprometido con los suyos, la Directora General, Blanca Parejo, y algunos patronos.

Desde entonces, un grupo de personas se implicaron para extender la actividad hasta la zona sur jerezana, instalando su sede social en la Estancia Barrera, donde el Tío Juane tuvo su histórica fragua en lo que por entonces era la última extensión territorial de La Plazuela, barrio gitano por excelencia de Jerez.

La pandemia no ha sido la mejor aliada para –casi- nadie, lógicamente para esta fundación tampoco, pues tuvieron que cerrar las puertas y dejar a esos menores en casa sin participar en los talleres flamencos que sirven de vehículo a la incorporación de estos al trabajo en grupo y que favorecen el acceso a la cultura de un segmento de población de entre 6 y 18 años, incluso 20, que no sólo son de esta zona sino que provienen de otras cercanas como los conocidos popularmente como el Mopu, el Titanic, Vallesequillo 2, San Telmo o El Chicle.

En estos barrios viven familias de todas clases, padres trabajadores, madres luchadoras, con educación y principios. También, como en cualquier lugar, están esas casas con problemas para llegar a fin de mes, para poder pagar a sus hijos clases extraescolares, dificultades económicas que les impiden llegar a un grado de desarrollo personal y cultural más amplio.

Me pregunto de dónde sacará tiempo Loli Argudo, directora del conocido coro de la Abuela María que ha cumplido dieciséis años desde su fundación, y líder en carisma y coordinadora de la parte práctica de este mágico universo en el que se respira dedicación y amor por el prójimo, sobre todo por los más vulnerables. “Yo llevo muchos años trabajando altruistamente por mis vecinos, con la idea de que siempre tengan algo que hacer, que podamos ser una familia y tengamos valores. Antes impartíamos clases de baile moderno, luego llegaron los villancicos, que hemos superado las sesenta galas en alguna temporada de Navidad… y luego me propusieron esto y es el mayor regalo que una puede recibir”, explica Loli.

La coordinadora técnica es la jerezana Macarena Cruzado, maestra de formación, que se emociona incluso contando cómo se desarrollan los talleres y cómo ha ido adaptándose a esta realidad que le ha tocado y ha querido vivir: “Loli me metía miedo diciéndome que tuviese cuidado con algunos del barrio, irónicamente y yo me lo creía”, comenta, aunque reconoce que a veces ha tenido que lidiar con momentos más complicados. Continúa exponiendo que “me he llevado una gran satisfacción, la gente se sorprendía que me viniera a trabajar aquí, por aquello de una zona compleja pero es una parte de Jerez que nadie conoce, hay gente encantadora, colaboradora, sencilla y humilde”. Es tan estrecha y fuerte la relación entre niños y madres que, en muchas ocasiones, “nos llevamos los problemas de los demás a casa, pero luchamos para que todo vaya a mejor”.

Loli, además, va a encarnareste año la figura de Cartera Real (otros años se le ha llamado Gran Visir) de la cabalgata de Reyes Magos de Jerez, un reconocimiento otorgado a Alalá Jerez bien merecido por las horas que le echan cada día al desarrollo personal de los más jóvenes de la zona sur. “Aquí nos llevamos las horas y horas cada día, mi madre me dice que me ponga la cama, en la fundación”, bromea Loli. “Además de los talleres de por las tardes, aquí luego compartimos momentos familiares y cuando te das cuenta es de noche”, comenta. En estos momentos hay actividades dedicadas al cante, al baile y a la percusión, y otras como el fútbol y el llamado ‘Coser y cantar’, en el que participan otro tipo de perfiles que no tienen por qué acercarse al flamenco. Son más de ciento cincuenta niños y niñas los que hoy día pasan semanalmente por estos locales, en plural porque no paran de crecer incluso en infraestructuras, y eso “se nota hasta en los colegios”. Las coordinadoras explican que cuando comienza el curso escolar se pasan por los centros de la zona para que conozcan esta oportunidad que les ofrece la fundación y los profesores se alegran porque notan el cambio a mejor de estos niños que “lo primero que aprenden es a dar los buenos días, las buenas tardes, a dar las gracias o a pedir perdón”.

El taller de baile lo imparte Saray García, el de cante lo da José Berenjeno y de la percusión se encarga Alejandro Fernández, nuevo en plantilla sustituyendo al Doctor Kelly. El dedicado a la costura lo dirige María Luisa Reyes, y Barba es el entrenador de los más de veinte niños que juegan al fútbol. Este año se suma uno más, el de guitarra, con el jerezano Manuel Heredia. Dejan claro que “aquí ninguna familia paga nada por tener a sus hijos apuntados, además se les da su ropa de entrenamiento, sus cajas y guitarras, y por supuesto la merienda”, matiza Saray Jiménez, otra de las que más colaboran cada jornada.

El barrio ha cambiado mucho desde hace dos décadas, pasando de vivir los vecinos en chabolas, prácticamente, a tener un barrio con una vida envidiable cada tarde. Con la llegada de Alalá todo ha ido a mejor, “muchos niños salían en pijama y ya saben que eso no se puede hacer”, dice Loli.

Para colmo, este año el Teatro Villamarta acogerá una gran zambomba que organiza Alalá Jerez con la participación del coro de la fundación, artistas invitados de la talla de Ezequiel Benítez, Joaquín El Zambo, Niño de la Fragua, entre otros. Todos los fondos serán reinvertidos a nuevos proyectos, talleres y mejora de condiciones de los mismos. Será el 14 de diciembre y las entradas ya están a la venta.

Loli, Macarena y Saray, con brillo en los ojos y la felicidad de dar más que recibir, concluyen agradeciendo a los patronos, la dirección general y Alalá Sevilla toda “la apuesta que están haciendo por Jerez, nuestro barrio y nuestros niñas y niñas”.

 

 

 

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