El sobre tenía como destinatario el director de la cárcel, Francisco Márquez, y despertó sospechas desde el primer momento al no detallar quién era su remitente. Ante esta circunstancia, se efectuó el preceptivo escáner, en el que se constató la presencia de algún tipo de material similar a unos cables y varias cajas de pequeñas dimensiones.
La posibilidad de que pudiese tratarse de algún tipo de explosivo era real. De este modo, se hizo necesaria la presencia, en la cárcel algecireña, de los especialistas policiales en la desactivación de explosivos, los Técnicos Especialistas en Desactivación de Explosivos (Tedax), que estuvieron un buen rato analizando el contenido del sobre.
Fuentes penitenciarias comentaron que los especialistas trajeron incluso a sus perros para rastrear el interior del paquete en busca de pólvora o algún otro elemento que pudiese ser peligroso en caso de ser descubierto el contenido del sobre.
Una vez abierto el envío, el alivio se mezcló con la incredulidad, según relataron las fuentes de las que procede esta información. Los cables resultaron ser rosarios que quedaron fuera de “pequeñas cajitas” en las que se guardaban otros cuantos elementos religiosos.
Además, había un pequeño libro -probablemente una Biblia- y una carta, de unos seis folios de extensión.
A través del escrito pudo descubrirse que la comunicación procedía de una mujer del Reino Unido, al parecer profundamente religiosa,pero la cual no se identificaba, quien pretendía hacer llegar a las autoridades penitenciarias la necesidad de que “las personas privadas de libertad” reciban el apoyo religioso necesario para su labor de reinserción social.
A pesar de proceder del Reino Unido, la comunicación escrita venía escrita en perfecto castellano, todo en clave religiosa y velando en todo momento por el alma de los internos.
El director del centro penitenciario, Francisco Márquez, confirmó ayer las informaciones recibidas por este diario. En los últimos días, el responsable del centro se ha puesto en contacto a través de un escrito con la Secretaría Estatal de Instituciones Penitenciarias para comunicar el hecho y advertir a los demás centros penitenciarios de la posibilidad de que puedan llegarles envíos similares.
Preguntado sobre si tenía conocimiento de que se hubiesen enviado más paquetes similares a otras prisiones españolas, afirmó que desconocía tal extremo y que se limitó a enviar el citado informe a Madrid.
En manos del cura
El director de la cárcel confirmó que el paquete en cuestión permanece en manos del centro penitenciario, y que no se emprenderá ningún tipo de acción contra esta religiosa anónima, dado que no hay nada imputable en su comportamiento.
Al preguntar al máximo responsable de la cárcel algecireña por el destino de los rosarios, Márquez comentó que éstos se pusieron en manos del capellán de la prisión de Botafuegos, y que los enseres religiosos podrían ser repartidos entre los internos que lo soliciten.
