Nueve goles en contra en los tres últimos partidos. Parece claro dónde está el mal de este Xerez que se ha metido en zona descenso merced a sus tres derrotas consecutivas en las tres últimas jornadas. Balón que vaya entre los tres palos, balón que entra. Y la culpa toda no es de Toni. La defensa estuvo desafortunadísima no solo en la acción de estrategia del segundo tanto castillista, el que sirvió para darle la vuelta al 0-1 que el Xerez, gracias al gol de Íñigo Vélez, había colocado en el marcador de Valdebebas; no solo en el tercer gol encajado, con error de Raúl Cámara cuando Toni salía a recibir; sino que ayer tuvo hasta la fortuna de que en momentos puntuales los delanteros del filial blanco no estuvieran acertados ya que dos o tres goles más pudieron caer. Y es que es inadmisible que Morata y Jesé hiciesen una jugada a lo Oliver y Benji ante la mirada de los zagueros que ayer vestían de rojo.
El problema del Xerez es el balance defensivo. Hacerle un gol es excesivamente fácil y así es imposible ganar, aunque marque dos goles fuera de casa, a pesar de que el equipo dé la cara en todo momento. Había comenzado extraordinariamente bien el cuadro de Esteban. Presionando, mirando hacia el portal de Jesús, no dándole un minuto para pensar a los jóvenes jugadores madridistas. Y en el 19 llegó un robo de balón de José Vega, asistió a Bruno y éste vio a Iñigo Vélez que envió el esférico a las mallas. Arrancaba bien el Xerez. No se relajó tras el gol, siguió intentándolo, pero en el primer disparo a puerta de los castillistas llegó el empate. Morata recortó y Toni parecía que no se esperaba el trallazo. Ocho minutos después, en el 39, llegaba una acción de estrategia que, como vulgarmente se dice, cogió en bragas a la zaga visitante. 2-1 y a remolque y vuelta a empezar. Todo lo diseñado en vestuarios, todo lo trabajado sobre la verde alfombra del Alfredo Di Stefano se terminó yendo al garete. Segundo disparo entre los tres palos y segundo gol.
Finalizaba así el primer periodo. En el banco estaban José Mari, que salió muy tarde, Maldonado y Adrián Ruiz para poner la guinda en el ataque. Álvaro Silva parecía pagar los platos rotos del desaguisado ante el Mirandés y se había quedado igualmente en el banco. Tres cambios hizo Esteban de inicio. Y sorprendentes. Salió Iago Bouzón, pero el perjudicado fue Silva; también Álvaro Rey y el que se quedó fuera fue Tato para que Israel actuase por detrás de Íñigo Vélez que partió de titular en detrimento de José Mari. El equipo, ya digo, no lo hizo mal. Poco a poco fue perdiendo presión. La tarjeta amarilla a Rafa García pesó y el esfuerzo también.
En el segundo tiempo más de lo mismo. Salió el Xerez, con los mismos jugadores, a tratar de equilibrar la contienda, pero en un balón largo, Raúl Cámara no sabe librarse de Jesé, Toni salió para recoger el pase del 20 pero éste lo que hizo fue dejarle el esférico en bandeja a su rival. Jesé se quedó solo y batió al meta xerecista cuando corría desesperadamente hacia atrás. El partido, aunque quedaba mucho tiempo, parecía listo para sentencia. No es fácil recortar un 3-1.
Llegaron los cambios. Salieron Maldonado y Adrián Ruiz que le pusieron algo de picante al ataque, pero sin más. Es cierto que en el 72 De Burgos pudo señalar un penalti sobre Tati. Podría haber cambiado la decoración. Pero no lo hizo. Tampoco el colegiado tuvo la culpa de los errores de los xerecistas. Incluso el Castilla podía haber machacado con ocasiones claras que fallaron en boca de gol.
Posteriormente salió José Mari y en el haber del Xerez hay que anotar que nunca se entregó, que siempre dio la cara, que buscó y buscó la portería rival, que asumió riesgos, pero no llegaban las ocasiones. La última la tuvo José Mari, en un saque de esquina, y marcó. Pero ya no había tiempo. Tan solo para que el Castilla pusiese el balón en juego.
Es cierto, como dijo Esteban en vestuarios, que el equipo mejoró con respecto a la semana pasada, pero no es suficiente. Queda muchísimo trabajo por realizar, quizá la entrada de nuevos hombres que le den otro carácter defensivo al equipo, porque así es imposible. Rafa García bien hasta que vio la amarilla y el debut de Iago Bouzón no fue bueno, porque los fallos en la zaga fueron continuados y en cadena un partido más.