El sol lo pusieron sólo las cofradías

El esperado anticiclón venció ayer la primera batalla que viene librando estos últimos días con la borrasca, permitiendo la salida a las calles de las cinco cofradías del Domingo de Ramos. Fue una jornada en todo caso protagonizada por la inestabilidad que incluso contó con el añadido de un notable chaparrón poco antes de la hora fijada por la Hermandad del Perdón para iniciar su salida. Esta circunstancia motivó que las juntas de gobierno optaran por retrasar las salidas de las cofradías en 45 minutos, para de este modo evitar el evidente riesgo de lluvia que a esa hora se cernía sobre la ciudad. La tarde resultó desapacible por momentos, con rachas de aire fresco más propios del invierno que de esta época del año.
En lo cofradiero fue un Domingo de Ramos repleto de sensaciones, con cinco hermandades  consolidadas que aportan diferentes matices. La del Cristo del Perdón fue la primera en plantar su cruz de guía en la calle. Los cofrades de la ermita de Guía se enfrentaban ayer a su propia historia, al enmarcarse esta salida en el primer cincuentenario de su fundación.
Coincidiendo con esta efeméride, el paso de palio de María Santísima del Perpetuo Socorro estrenó el bordado exterior de sus caídas laterales. El trabajo ha sido realizado por la escuela taller que dirige Fernando Calderón.
La Virgen del Perpetuo Socorro estrenó el acompañamiento de la Banda de Música Virgen del Castillo, de Lebrija, presentándose en Carrera Oficial a los sones de la marcha Esperanza de la Yedra, de Andrés Muñoz, en un guiño a la coronación canónica de la Reina de la Plazuela. Manuel Jesús Tristán repitió como capataz general de la cofradía.
A las seis de la tarde iniciaban su andadura por las calles La Borriquita y El Transporte. La cruz de guía que abre marcha a los cofrades de San José es sin lugar a dudas aquella que provoca una mayor emoción en quienes se encuentran con ella, la que en definitiva anuncia formalmente el inicio de la Semana Santa. El paso de misterio de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén lució el habitual -y exquisito- exorno de claveles rojos, siendo comandada su cuadrilla de costaleros por Martín Gómez Moreno.
Contó el primero de los pasos de la cofradía con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Victoria, que cada año baja a Andalucía desde León para regalar sones de indudables aires trianeros.
Detrás del palio de la Virgen de la Estrella se estrenó la Banda Municipal de Rota, que interpretó las marchas Corpus Christi, de Uralde; y Virgen de la Paz, de Morales, a su paso por San Marcos, en lo que parecía una deferencia hacia la Sacramental de la Sagrada Cena.
Clásico y elegante el exorno de este conjunto, que combinó el clavel blanco con el azahar. Manuel Serrano Navarro dirigió el caminar de una de las cuadrillas de palio más sobresalientes de la ciudad.
La Hermandad del Transporte dejó momentos para el recuerdo en la calle Merced, camino de Santiago. El paso de misterio del Señor del Consuelo, en el Desprecio de Herodes, repitió el exorno que viene siendo habitual en estos últimos años y que reduce la presencia del clavel rojo a la mínima expresión. Contó con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores de la Vera Cruz, de Los Palacios, en lo que constituía una de las novedades de esta cofradía. Manuel Monje tocó el martillo del barco sobre el que se asienta el acertado conjunto escultórico con el que Paco Pinto acompañó a Jesús del Consuelo.
Ildefonso Jiménez sigue completando el palio de Madre de Dios de la Misericordia, cada vez más rematado en todos los sentidos. En esta ocasión, los trabajos se han centrado en el techo que enmarca la gloria en la que Sebastián Santos inmortalizara a la Virgen del Rocío. Jaime Racero se estrenó como capataz, mientras que la Banda de la Soledad de Cantillana repitió el acompañamiento musical.
La Hermandad de la Coronación estrenó el barrio de San Pedro. La principal novedad vino dada por la presencia tras el misterio de la Banda de Cornetas y Tambores de la Coronación de Córdoba, que dejó un gran sabor de boca. Tomás Sampalo e Isaac Núñez repitieron como capataces. También la Banda de Música de Villalba del Alcor. Por la mañana, la hermandad homenajeó a Fernando Cano-Romero, que ha cumplido ya 75 años como cofrade de La Albarizuela y, a pesar de ello, sigue vistiendo la túnica.
La Hermandad de las Angustias cerró la jornada aportando la recuperación del manto del siglo XVIII, que llevaba trece años sin procesionar debido a su elevado grado de deterioro. También presentó la restauración del histórico Pendón de los Siete Cuchillos. Joaquín Bernal dirigió el caminar del único paso de la cofradía, un prodigio de equilibrio y belleza.