3-4, derrota del Xerez CD ante el Ciudad de Lucena. Si el equipo quiere deportivamente suicidarse lo único que tiene que hacer es seguir entrenando en césped artificial y jugando en Chapín. Evidentemente ese no es el camino de la permanencia, más bien el del milagro por no descender. Y es que el equipo xerecista estuvo de notable alto hasta que las fuerzas le aguantaron. Se fue el descanso con 2-0, que fue un resultado corto para lo que se había visto sobre el césped del primer campo municipal. Se perdió la oportunidad de matar el partido con el tercer gol. Pero en la continuación, tras una vaselina de Guille que se fue alta y que, de entrar, hubiese inundado de pañuelos blancos la grada de Tribuna, el Xerez fue perdiendo fuelle y en seis minutos, del 54 al 60, el Ciudad de Lucena se aprovechó de errores azulinos y aciertos propios para empatar el partido. Volvió a remontar el equipo local, pero el empate de los cordobeses vino a certificar el comienzo de un fin que llegó en el sexto de añadido y en una acción que nunca debió terminar en gol.
El dicho popular es sabio y afirma que cuando las cosas van bien no hay que cambiarlas y al Xerez le iba bien en Torrecera, un campo pequeño, pero como donde hay patrón no manda marinero, el supuesto patrón, que no aparece, quiere que se juegue en Chapín y se gasta el dinero en una casa de lujo cuando sus moradores, los jugadores, llevan dos meses sin cobrar y además por dentro la vivienda se desmorona porque unos se van y otros dicen no que están para jugar. Eso sí, los que salen lo hacen con dignidad máxima pero para luchar de tú a tú, pero no en condiciones de neta inferioridad. Paco Borrego, con gastroenteritis, no acudió a Chapín; Zamora sigue con molestias; Gonzalo se lesionó y el equipo lo acusó; Israel tuvo que ser cambiado porque ya acusaba molestias en el descanso; Agu llegó al final de los 45 minutos, después de dos meses sin jugar, casi sin aliento aunque aguantó hasta el pitido final del mal árbitro pero muy mermado físicamente tras un primer tiempo sobresaliente; en el banquillo, porque no había más, tuvo que sentarse el juvenil Antonio. Y a pesar de eso se dio la cara hasta donde las fuerzas y los errores, que los hubo y graves, los dejaron. Y es que el tercer y cuarto gol lucentino nunca debieron haber entrado; el primero cogió en frío a Quirós cuando le ganaron la espalda y el segundo provino de una pérdida en el centro del campo a la que no se le puso remedio.
Xerez CD: Alex; Gonzalo (Quirós, m. 53), Ángel, Guerrero, Chato; Agu, Isra (Albino, m. 76); Guille (José Vega, m. 59), David Narváez, Juan Benítez; Pedro Carrión.
C. de Lucena: Jorge; Joselillo (Erik, m. 59), Lara, Troyano, Espejo, Facu, Juanse, Juan Guerra, Fede (Martos, m. 59), Carmona (Samu, m. 77) y J. Henares.
Arbitró el sevillano Lafuente Sánchez. Mal. Perjudicó al Xerez. Amonestó a los locales Quirós, Isra, Juan Benítez, David Narváez, Ángel, Pedro Carrión y al delegado de campo Antonio Gallego y a los visitantes Lara, Carmona y Jorge.
1-0. M. 18. Pedro Carrión, de penalti; 2-0. M. 32. David Narváez; 2-1. M. 54. Carmona; 2-2. M. 60. Guerra; 3-2. M. 63. Juan Benítez; 3-3. M. 73. Guerra; 3-4 M. 96.. Lara.