Desde las ocho de la mañana aguardaban el sábado a las puertas del centro de tatuajes The Crazy Cat Estudio, en la Plaza Bornos de la barriada de La Granja, gente de todas las edades y de fuera incluso de Jerez para hacerse un tatuaje solidario a beneficio de la nueva Asociación Uniper, Unión de Personas con Enfermedades Raras. “Han venido con sus mantitas y sus sillitas para coger sitio. Vienen desde Granada, y hasta Jaén para colaborar”, señalaba una de las chicas voluntarias que se encargaba de facilitar un documento de autorización con una serie de indicaciones de carácter sanitario y atender las dudas. La acogida no pudo ser mejor puesto que Neko, el tatuador propietario del local, y otros cinco compañeros, venidos en algunos casos de Sevilla expresamente para echar un cable, no daban abasto y antes de las doce del mediodía, cuando abrían sus puertas para atender al público por orden de llegada, ya habían repartido casi 200 números.
Y es que para ayudar a a esta causa solidaria, los tatuajes a un tamaño de 5x5 estaban a 15 euros (habitualmente cuestan desde 40 en adelante), pero Neko quiso poner un precio simbólico para movilizar a más personas, puesto que la recaudación que hicieran “hasta que nos quedemos sin aguja” es íntegramente para Uniper. Y vaya si lo dieron todo: hasta poco más de las cinco de la mañana estuvieron tatuando. Casi 20 horas. Fueron más de 150 tatuajes, “una locura”, señala este profesional, que aún tiene que hacer cuentas pero calcula que habrán recaudado unos 2.400 euros aproximadamente.
Público de todas las edades
Madre e hijo, abuelas, hermanos, grupos de amigos...lo importante más que seguir sumando un tatuaje a la colección o estrenarse en este apasionante mundo, era tener un gesto con las tres familias fundadoras de Uniper, cuyos hijos tienen el síndrome de Treacher-Collins, para visibilizar esta y el resto de enfermedades raras. Unos padres que estaban emocionados con la acogida de esta actividad con la que han comenzado su campaña de sensibilización. De hecho, la intención era no dejar a nadie sin tatuaje y lo consiguieron con una jornada solidaria que fue un éxito. Mercedes, la abuela de una de las chicas voluntarias, fue una de las tantas que decidió dar el paso y grabarse la piel por primera vez con un fin solidario. “Ha esperado hasta hoy para hacerlo y se va a grabar en fucsia la palabra Diva”, comentaba orgullosa su nieta.