Cada temporada el Club de Béisbol Tiburones de Málaga se encuentra con la problemática de jugar en un campo no reglado que merma su crecimiento como club y la función de divulgación para el fomento de la práctica del béisbol. Ahora, el problema se ha acrecentado debido a que la Federación Andaluza de Béisbol y Sófbol (Fabs) no permite, por seguridad, que se juegue la Copa de Andalucía en Málaga. A esto se suma la renuncia de los costasoleños al Campeonato de España de Béisbol. Por lo que hablamos con el presidente de la entidad, Miguel Padrón, para saber cómo afronta la difícil situación.
En esa época hacíamos partidos amistosos, jugábamos con la base americana de Rota, con barcos que iban al Golfo Pérsico¿En qué situación deportiva se encuentra ahora mismo el club?
–Somos campeones de Andalucía. De los últimos cinco años, hemos ganado cuatro ediciones. Pero ahora no podemos ir al campeonato de España porque no tenemos suficiente dinero, ni ayudas. Tenemos que quedarnos aquí y renunciar a la fase de ascenso a la División de Honor.
¿Cómo se estructura Tiburones de Málaga y cuántos jugadores lo componen?
–Tenemos un equipo élite con 25 jugadores y dos conjuntos en categorías inferiores, sub-13 y sub-16. Son alrededor de 50 jugadores entre menores y adultos. Además, hay cuatro jugadoras y una de ellas es la mejor en la categoría sub-13.
El béisbol en Málaga no termina de despegar. ¿Qué ha pasado?
–Nuestro equipo fue creado en 1983. En esa época hacíamos partidos amistosos, jugábamos con la base americana de Rota, con barcos americanos que paraban allí para ir al Golfo Pérsico. En 1994 nos inscribimos en la federación andaluza y participamos en las competiciones regionales que casi todos los años ganábamos. Fuimos a Tenerife para el Campeonato de España para el ascenso a Primera División (antes había tres divisiones), quedando subcampeones. El club tuvo un parón competitivo, porque tuve que irme a Venezuela, y en esa época apareció otro equipo llamado Industriales que solicitó un campo que dejó abandonado. Pero no tenían nada que ver con Tiburones, que regresó hace seis años a la competición.
¿Qué pide o qué necesita Tiburones?
–Un campo de béisbol; que fue aprobado en el pleno del ayuntamiento malagueño. El alcalde ofreció arreglar el campo inyectando 400.000 euros. Creo que es suficiente para poner césped artificial y vallarlo. La Universidad Laboral y la Junta de Andalucía están de acuerdo, y entre los tres se puede, es el momento. La pasada campaña nos costó 5.000 euros sin contar bolas, bates, equipo de cácher y otras cosas necesarias para el torneo.
¿Cuáles son las principales barreras para no poder competir?
–La principal barrera es que la federación andaluza no nos permite jugar en el campo que tenemos ahora en la Universidad Laboral. Este campo está mal, pero no muy mal. Es un campo plano, de tierra, que no está vallado, no hay sombra; por lo que ponemos nosotros toldo y hacemos lo mejor para jugar. Pero la federación no quiere jugar y, principalmente, el equipo de Sevilla que, durante muchos, tuvo un campo de tierra y se jugaba sin que nadie se quejase.
¿Qué querría para la próxima temporada?
–Un campo en condiciones, porque con eso lo demás va saliendo solo. Tenemos unos proyectos muy buenos para hacer una academia en Málaga y traer a equipos europeos a entrenar aquí. El año pasado, incluso teniendo el campo que tenemos, vino a jugar un equipo de San Petersburgo.
¿Cuáles son los pasos que dará para que el club siga compitiendo?
–Seguiremos compitiendo cueste lo que cueste. Es un deporte que inculca mucho compañerismo; en nuestro equipo tenemos ocho nacionalidades diferentes y estamos muy unidos. Los españoles que están en el equipo están enamorados del béisbol; es que engancha. De hecho, es el deporte principal en Japón y en los próximos Juegos Olímpicos será la competición más seguida. Por eso necesitamos más impulso.