En un comunicado de prensa, la Delegación del Gobierno respondió de este modo al Ejecutivo marroquí, que el sábado denunció dos nuevos supuestos incidentes contra sus ciudadanos en uno de los puestos fronterizos de Melilla y calificó de “peligroso giro racista” este tipo de sucesos.
La Delegación del Gobierno resaltó la profesionalidad y respeto a la legalidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado españolas, que “velan por los derechos de todas las personas sin ningún tipo de distinción”.
Según la institución gubernamental, en el primer incidente resultó herido un policía español, que recibió un golpe en la mano y un puñetazo en la cara. Este incidente se originó, según la Delegación del Gobierno, cuando un ciudadano marroquí se disponía a salir de Melilla por el puesto fronterizo de Beni-Enzar mostrando “síntomas de ebriedad”.