El influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, cuyas milicias tuvieron en jaque al Ejército estadounidense durante las fases más cruentas de la guerra de Irak, ha anunciado este sábado su retirada de la política y su completa desvinculación con el bloque parlamentario que hasta ahora representaba a sus seguidores.
El clérigo, líder del movimento que lleva su nombre, cuenta con una amplia base de fieles, los saderistas, y gozaba de amplia influencia en el Parlamento iraquí, donde poseía 40 escaños. Su familia es una de las más poderosas del país, y es el cuarto hijo del fallecido gran ayatolá Mohamed Sadeq Al Sadr, uno de los clérigos más respetados de Irak.
"Nadie tiene derecho ahora a representar a los saderistas o a hablar en su nombre, ya sea dentro o fuera del país", hizo saber en su comunicado de retirada, donde anunció que dejará de "participar en la política" nacional, de acuerdo con la nota recogida por la agencia de noticias iraquí NINA.
Al Sadr, nacido hace 40 años en Nayaf, pidió que se respete "la reputación de su familia" tras la decisión adoptada, e insistió, como lleva haciendo desde hace años, en poner fin a la "corrupción que ha tenido lugar, y posiblemente continúa, en la política iraquí", así como en terminar con "el sufrimiento del pueblo de Irak".
El religioso lideró durante años a su poderosa milicia armada, el Ejército del Mahdi, que adquirió especial prominencia durante la primavera de 2004, uno de las fases álgidas de la guerra, que dejó más de 2.000 muertos, entre guerrilleros y soldados estadounidenses.
El clérigo terminó dictando en 2007 un alto el fuego provisional que culminó en el desarme de la mayoría de sus milicianos y el inicio de su entrada defintiva en la política iraquí conforme Estados Unidos ratificaba sus intenciones de retirar a sus tropas del país.