El ministro de Defensa de Egipto, Sadki Sobhi, ha anunciado este jueves que las empresas controladas y gestionadas por el Ejército donarán mil millones de libras egipcias (alrededor de 102 millones de euros) a la campaña lanzada por el presidente, Abdelfatá al Sisi, para intentar reflotar la economía del país.
En su comunicado, las Fuerzas Armadas han destacado que la donación es "una continuación del compromiso con el pueblo egipcio", según ha recogido el diario egipcio 'Al Ahram'.
No es la primera vez que el Ejército, cuyas cuentas son secretas, aporta grandes cantidades de dinero desde el inicio de la revuelta popular contra el régimen de Hosni Mubarak para intentar mostrar una posición cercana y preocupada con la situación de la población.
Al Sisi, que fue nombrado jefe del Ejército el 12 de agosto de 2012 por el entonces presidente Mohamed Mursi, al que posteriormente derrocó en un golpe de estado en julio de 2013, abandonó el cargo para presentarse a las presidenciales celebradas el 8 de junio, en las que se impuso por aplastante mayoría a su único rival, el 'nasserista' Hamdeen Sabahi.
El martes, el actual mandatario anunció el inicio de una etapa de austeridad para equilibrar la economía nacional, en la línea de las políticas económicas adoptadas por Mubarak y mantenidas por Mursi, basadas en las recomendaciones del Centro Egipcio de Estudios Económicos (ECES) --fuertemente vinculado al autócrata--, y, como primer paso, se comprometió a donar la mitad de su sueldo y su riqueza personal.
"Voy a hacer dos cosas: no voy a cobrar la mitad de las 42.000 libras egipcias (4.319 euros) de mi salario como presidente y entregaré la mitad de mi riqueza, incluida la que he heredado de mi padre, por el bien del país", dijo.
Asimismo, adelantó su intención de impedir que los empleados del sector público "cobren el máximo salario", cuya cuantía no especificó. "Debe haber sacrificios reales de cada egipcio y egipcia", subrayó.
Además, sostuvo que no firmará el borrador de los presupuestos generales para lo que resta de este año y para 2015 porque, según explicó, ello supondría aumentar aún más la deuda pública y, por tanto, el nivel de déficit.
El control y reducción del déficit es una de las principales exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) para su entrega de ayuda al país, que también ha vinculado a duros programas de ajuste que se han ido aplicando de forma consecutiva durante los mandatos de Mubarak y Mursi.
El déficit público ha alcanzado el 14 por ciento en el último año fiscal, que se cerró en junio de 2013, aunque está previsto que la economía crezca un 3,2 por ciento en el que comienza el 1 de julio, se trata de nivel aún insuficiente para dar empleo a los 86 millones de egipcios.
Egipto, inmerso desde hace tres años en una crisis política, ha sobrevivido hasta ahora gracias a las ayudas de los estados del Golfo --principalmente Qatar durante el mandato de Mursi y de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU), una vez derrocado éste-- y de Estados Unidos, ante la caída de industrias tan importantes para su economía como el turismo.