Ocho personas de una misma familia, cinco de ellas mujeres, murieron hoy al explotar una bomba al paso de la furgoneta en la que viajaban en el sur de Afganistán, informó una fuente oficial.
El suceso ocurrió este sábado en la zona de Noorzai del distrito de Panjwayee, en la provincia de Kandahar, en torno a las 10.00 hora local (05.30 GMT), dijo un funcionario local, Fazal Muhammed Ishaqzai, a la agencia AIP.
La fuente indicó que dos niños resultaron heridos en la explosión.
Los artefactos explosivos improvisados (IED, siglas en inglés) son, junto a los atentados suicidas, los métodos más recurrentes de los talibanes para golpear a las fuerzas afganas e internacionales, aunque en la práctica causan un elevado número de víctimas civiles.
El número de muertos civiles aumentó un 17 % en la primera mitad de 2014 con respecto al año anterior en Afganistán, donde la retirada de las tropas de la OTAN se acerca a su fin, de acuerdo con un informe de la ONU presentado recientemente.
En los seis primeros meses de este año, perdieron la vida 1.564 civiles, mientras que los heridos aumentaron un 28 % hasta los 3.289.
Los datos muestran una preocupante situación en el país asiático después de que el año pasado las fuerzas de seguridad afganas se hicieran responsables de la seguridad ante la retirada de las tropas de la OTAN en Afganistán (ISAF) prevista para finales de 2014.
Estados Unidos ha anunciado que a pesar de la retirada internacional mantendrá unos 9.800 soldados en el país hasta completar su salida total a finales de 2016.
Además, el país se encuentra inmerso en una crisis política con el rechazo del candidato de las elecciones presidenciales Abdulá Abdulá a la victoria de su contrincante Ashraf Gani por supuesto fraude.