Recep Tayyip Erdogan se convirtió en el duodécimo presidente de la República de Turquía y dejó claro que la jefatura del Estado ya no será protocolaria, sino que él ejercerá el poder en la Nueva Turquía que, aseguró, comienza con su mandato.
Quien fue primer ministro de Turquía durante los últimos doce años insistió hoy en el argumento que ha manejado desde que ganó los comicios el pasado día 10: es el primer presidente elegido en las urnas, ya que hasta ahora era el Parlamento el que designaba al jefe del Estado.
"Voy a sudar la camiseta de presidente", aseguró el nuevo jefe del Estado, quien en sus mensajes de hoy insistió en su intención de mantenerse en primera línea del poder, pese al carácter eminentemente representativo que las leyes y la costumbre han dado hasta ahora a la Presidencia.
Desde que ganó las elecciones, Erdogan no ha ocultado su intención de apurar al máximo las atribuciones del cargo, entre ellas convocar y presidir las reuniones del Consejo de Ministros y opinar en temas ejecutivos, en lo que se anuncia como la imposición de un sistema presidencialista de facto.
Entre las distintas ceremonias que tuvieron lugar hoy destacó la visita al mausoleo donde reposan los restos de Mustafa Kemal Ataturk, fundador de la Turquía moderna y con quien Erdogan llegó a establecer paralelismos.
"Amado Ataturk. Asumo el cargo de duodécimo presidente de la República y el primero elegido directamente", se presentó Erdogan ante el padre de la patria turca.
"Tras tu muerte, el vínculo entre la Presidencia y el pueblo quedó debilitado. Creo que el mandato que empiezo hoy servirá para que el pueblo abrace a su presidente y el Estado abrace a su nación", fue la declaración de intenciones de Erdogan.
Si Ataturk llevó Turquía a la liga de las naciones modernas, dijo Erdogan, con este presidente el país "se ha encontrado de nuevo con su sustancia y su esencia".
"La era de la vieja Turquía ha terminado. Estamos ahora en la era de la Nueva Turquía, la gran Turquía que porta la sustancia y el espíritu de la República", afirmó Erdogan más tarde, durante la ceremonia protocolaria de traspaso de poderes con el jefe del Estado saliente, Abdullah Gül.
Explicó que la política exterior de Turquía se orientará con renovados esfuerzos hacia el objetivo de entrar en la Unión Europea y resaltó que no se detendrán las reformas en ese sentido.
Además, destacó que la política exterior turca buscará la paz, la solidaridad y el bienestar.
Eso sí, advirtió de que Turquía se opondrá a quienes le sean hostiles y continuará defendiendo la justicia y la vida humana, como en Palestina, aunque sin interferir en asuntos internos de otros países.
"Turquía no tiene el ojo puesto en territorios de ningún país o en sus asuntos internos. No tenemos proyectos o planes de ese tipo", subrayó ante representantes -entre ellos jefes de Estado y Gobierno- de 90 países, especialmente de África y Asia.
No asistió a la ceremonia ningún alto mandatario de las potencias europeas, representadas a un nivel más bajo.
Estados Unidos envió al encargado de negocios de la embajada en Ankara como representante de su Gobierno.
La oposición política ha argumentado que las ausencias de los países occidentales muestran adónde ha sido llevada Turquía en los doce años de Gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), la formación islamista fundada por Erdogan y a cuya presidencia ha renunciado ahora.
Los diputados del principal partido de la oposición, el socialdemócrata CHP, protestaron durante la toma de posesión de Erdogan, quien, alertan, no será un presidente neutral.
Para poder transformar este sistema presidencialista de facto en uno "de iure", Erdogan y su partido tienen aún que modificar la Constitución, para lo que precisan obtener una rotunda victoria en las elecciones de 2015.
Si el AKP logra una mayoría de dos tercios en las parlamentarias del próximo junio, Erdogan podría verse convertido en un presidente con poderes parecidos a los que tienen los jefes de Estado en sistemas presidencialistas como Francia o Rusia.
El primer acto de Erdogan como presidente fue nombrar primer ministro a Ahmet Davutoglu, hasta ahora titular de Exteriores y elegido líder del AKP, y encargarle la formación de Gobierno.
Se espera que el nuevo jefe del Ejecutivo someta mañana al visto bueno del presidente una lista con los nombres de los nuevos ministros, señala la cadena CNNTürk.
Los medios turcos especulan con que el gabinete podría contar con hasta cinco nuevos ministros y con que Ali Babacan conservaría la cartera de Economía, en lo que se interpreta como un mensaje de estabilidad a los mercados.
Se espera que el nuevo Gobierno presente el lunes su programa de trabajo al Parlamento para recibir el voto de confianza del Legislativo unos días después.
La oposición asegura que el nuevo jefe del Ejecutivo no será más que una marioneta y que Erdogan seguirá siendo el auténtico hombre fuerte del país.