Las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos volvieron hoy a acusarse mutuamente de decenas de ataques con artillería pesada y tanques a pesar del alto el fuego que rige en el este de Ucrania desde el pasado mes de febrero.
El mando militar ucraniano denunció 85 ataques de los rebeldes en las últimas 24 horas contra sus posiciones en los alrededores de la ciudad de Donetsk, principal plaza fuerte de los prorrusos, y en los accesos a Mariúpol, capital alternativa de la región de Donetsk a la que se han trasladado las administraciones regionales leales a Kiev.
Las fuerzas gubernamentales, en un comunicado publicado en su Facebook, acusaron a los sublevados de atacar con todas las armas a su alcance, incluida la artillería pesada y los tanques prohibidos expresamente por los acuerdos de paz de Minsk, firmados en febrero.
A la vez, las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD) denunciaron la muerte anoche de un civil en la localidad de Górlovka, a unos 30 kilómetros de Donetsk, como resultado de los ataques con morteros de las fuerzas de Kiev contra las zonas residenciales de la ciudad.
Un portavoz de la llamada Guardia república de la RPD informó de que tras el intenso cañoneo de ayer y la pasada madrugada contra Górlovka, "los ataques se reanudaron" esta mañana "con menor intensidad", dirigidos sobre todo contra la periferia de la localidad.
Las hostilidades entre las fuerzas ucranianas y los separatistas se reanudaron a principios de este mes de junio tras una fallida ofensiva lanzada por las milicias contra la localidad de Marinka, próxima a la ciudad de Donetsk.
Según los últimos datos de la ONU, cerca de 6.500 personas, entre combatientes y civiles, han muerto en el conflicto que estalló hace mas de un año en el este de Ucrania.