Merkel subrayó que el objetivo y el encargo de los electores es que el país, en cinco o diez años, siga disfrutando de bienestar, seguridad y democracia
La canciller alemana, Angela Merkel, acudió hoy "optimista" a la primera jornada oficial de reuniones con el Partido Socialdemócrata (SPD) para negociar una nueva gran coalición y abogó por un gobierno "estable" que cohesione Alemania ante los "inmensos" retos y tareas que esperan al país.
"Creo que podemos lograrlo", aseguró la canciller en su segundo intento de formar gobierno tras las elecciones de septiembre, después de fracasar las conversaciones que mantuvo durante casi cinco semanas con liberales y verdes.
Las primeras reuniones con los socialdemócratas, con los que ha gobernado en esta pasada legislatura, tienen lugar en la sede del SPD, cuyo líder, Martin Schulz, garantizó también en una breve declaración ante los medios que trabajarán con actitud "constructiva y abierta".
"No trazamos ninguna línea roja, pero queremos muchas políticas rojas", señaló en referencia al color con el que se identifica su partido.
Merkel subrayó que el objetivo y el encargo de los electores es que el país, en cinco o diez años, siga disfrutando de bienestar, seguridad y democracia e insistió en la necesidad de un gobierno "estable" ante los desafíos que afronta Alemania tanto en el interior como en la política exterior y europea.
Schulz, que tras los malos resultados electorales rechazo una nueva gran coalición y después se vio forzado a abrirse al diálogo, hizo también hincapié en los "grandes retos", pero destacó que "un nuevo tiempo necesita una nueva política".
Apostó también así por renovar la solidaridad y la cohesión en el país y destacó áreas claves de trabajo, como la educación, la inversión en vivienda e infraestructuras o la atención a la dependencia.
Junto a Merkel y Schulz, y sus respectivos equipos, participa en las negociaciones Horst Seehofer, líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller que en los últimos días ha exigido un endurecimiento de la política de refugiados que podría dificultar las negociaciones.
El dirigente bávaro afirmó que acude con "el mejor de los espíritus" a la reuniones porque el encargo de los electores es claro: "debemos ponernos de acuerdo".
"Debemos hablar menos y trabajar más", señaló para evitar comentar en público discrepancias con los socialdemócratas, con quienes los conservadores han acordado celebrar las negociaciones con discreción y sin declaraciones sobre contenidos.
Según una encuesta publicada hoy por el dominical del diario "Bild", el 53 % de los alemanes cree en el acuerdo y el 54 % estima que una nueva gran coalición será buena para el país.
Cada partido -CDU, CSU y SPD- participa en las reuniones con trece negociadores divididos en grupos de trabajo para analizar las distintas áreas de gestión, desde la política fiscal y la educación, a la energía y la inmigración, uno de los puntos más conflictivos.
Está previsto que las negociaciones, que se prolongarán hoy a lo largo de todo el día, continúen hasta el jueves, para que el viernes cada partido pueda evaluar si hay base suficiente para reeditar la gran coalición.