El fuerte terremoto de magnitud 6,7 en la escala abierta de Richter que sacudió el pasado jueves la isla nipona de Hokkaido (norte) ha dejado 44 muertos, según el último balance ofrecido hoy por el Gobierno del país asiático.
Los equipos de rescate recuperaron hoy el cuerpo sin vida de un varón de 77 años, el último desaparecido que constaba, con lo que no queda ninguna persona en paradero desconocido, confirmó en rueda de prensa el ministro portavoz del Ejecutivo, Yoshihide Suga.
Además de las víctimas mortales, la mayoría de las cuales se registraron en la localidad de Atsuma (epicentro del temblor), el terremoto causó 660 heridos, según el balance de la policía y las autoridades locales de Hokkaido recogidas por la cadena pública NHK.
El seísmo provocó derrumbamientos y corrimientos de tierra que sepultaron decenas de viviendas y al menos 70 edificios han quedado destruidos, mientras unas 2.600 personas permanecía en centro de evacuación el domingo, informó la cadena de radiotelevisión estatal.
El transporte público ferroviario se está restableciendo gradualmente desde el fin de semana, así como los vuelos en el aeropuerto internacional de Chitose, próximo a la capital, Sapporo, que tuvieron que suspender su actividad después de que el seísmo dejara puntualmente a toda la isla sin electricidad.
Los residentes de Hokkaido tendrán que lidiar, no obstante, con un suministro energético inestable, puesto que la central térmica de Tomato, en Atsuma (que genera en torno a la mitad de la electricidad de la provincia) se detuvo tras el terremoto y su propietaria calcula que reiniciarla podría llevar más de una semana.
El portavoz del Gobierno instó hoy a "ahorrar un 20 % de energía más de lo habitual para no que no se vuelva a producir un apagón", mientras que la Agencia de Recursos Naturales y Energía nipona aconsejó a hogares y empresas conservar energía apagando y desenchufando los electrodomésticos cuando no estén en uso.