La cifra de contagios en 24 horas se situó hoy en 8.007 y la de víctimas mortales en 422
La incidencia de contagios en Alemania bajó de nuevo a los 60 casos semanales por 100.000 habitantes, en pleno debate para un alivio en el cierre de la vida pública y pese a que desde el Gobierno se alerta de una nueva ola de infecciones.
La incidencia media en el país se situó en los 59,3 positivos en siete días y por 100.000 habitantes, después de que el martes subiera a 60,5 casos. Cuatro semanas atrás, el nivel estaba en 101,0 positivos semanales; el pico se había alcanzado el 22 de diciembre, con 197,6 casos.
La cifra de contagios en 24 horas se situó hoy en 8.007 y la de víctimas mortales en 422, según los últimos datos del Instituto Robert Koch (RKO) de virología.
Hace una semana, el número de nuevas infecciones fue de 7.556 y el de fallecidos en 560. La marca en un día de contagios se registró el 18 de diciembre con 33.777 y la de muertes el 14 de enero, con 1.244.
Desde el inicio de la pandemia, el total de positivos verificados está en 2.402.818 -de los cuales 2.217.700 son pacientes recuperados- y el de muertos con o por covid-19 en 2.217.700.
ADVERTENCIA SOBRE NUEVA OLA
Durante varias semanas se había observado un descenso continuado de los contagios, pero en los últimos días se había registrado una leve subida, hasta superarse la franja de los 60 contagios semanales por 100.000 habitantes.
La canciller Angela Merkel, defensora de una línea muy cautelosa a la hora de aliviar las restricciones vigentes desde noviembre, advirtió ayer en una reunión del grupo parlamentario conservador que Alemania se encontraba ya en la tercera ola de contagios.
Su ministro de Sanidad, Jens Spahn, comparecerá hoy ante el Bundestag (Parlamento federal) para evaluar la situación de la pandemia, así como su plan de ofrecer test rápidos gratis a toda la población, cuestión que topa con el escepticismo de la canciller.
El Ministerio de Interior comunicó ayer la prolongación los controles con las fronteras de Austria y la República Checa hasta el 3 de marzo, en un intento por contener las nuevas mutaciones.
Esta medida, implantada el 14 de febrero, topa con las críticas de los países afectados y de la Unión Europea (UE), por implicar una limitación de la libre circulación en el espacio Schengen.
Solo se permite la entrada de alemanes o residentes en el país, trabajadores trasnacionales, transportistas y sectores esenciales, a los que se exige una prueba negativa de hasta 48 horas antes del viaje.
Estas restricciones siguen a la consideración del Tirol austríaco, la República Checa y Eslovaquia como zonas de alto riesgo de la propagación de las nuevas variantes. En esta categoría quedaron incluidos a finales de enero Reino Unido, Brasil, Sudáfrica, Lesoto, Portugal e Irlanda, lo que implica el veto al ingreso en Alemania de los ciudadanos de estos países.
CRECE EL PORCENTAJE DE CONTAGIOS CON MUTACIONES
El porcentaje de contagios con las nuevas variantes -especialmente la británica- se sitúa ahora en un 30 % del total, según la Federación de Laboratorios de Alemania (ALM). Hace una semana, el porcentaje era de un 20 %.
Merkel se reunirá con los líderes regionales el próximo miércoles para determinar los pasos a seguir. En su anterior reunión, se acordó prolongar las restricciones hasta al menos el 7 de marzo.
Desde principios de noviembre está cerrada la restauración, el ocio y la cultura, situación a la que se sumó en diciembre el comercio no esencial.
La actividad escolar presencial, interrumpida desde diciembre, se ha reanudado esta semana en la mayoría de los "Länder" alemanes -estados federados-, aunque cada territorio lo lleva a cabo de acuerdo a sus propios criterios de actuación.