Curro Romero se vanagloria de no estar en activo actualmente porque con los teléfonos móviles actuales no se puede dar un paso sin que nadie atosigue queriendo inmortalizar el momento. Le ocurre al Faraón de Camas y a cualquier personaje con un mínimo de popularidad.
Se ha democratizado el poder capturar un instante. Los teléfonos móviles tienen la culpa, o la virtud. Por eso vemos fotos donde se ve a la muchedumbre haciendo fotos, y más pronto que tarde un cartel de Semana Santa se ilustrará mostrando a gente que graba con su móvil en la puerta de un templo una salida procesional. Si es que todavía eso no ha ocurrido, cosa que extraña.
Ha tenido su interés una exposición reciente en el Hospital de San Juan de Dios que repasaba la evolución fotográfica en el contexto de esta ciudad, de la mano de la Agrupación Fotográfica “Santo Reino” que ha conmemorado su cincuentenario. Todavía las viejas paredes del patio central del edificio muestran parte de la transformación de la fotografía. Desde aquellos pesados y casi rudimentarios armatostes con que se consiguieron capturar imágenes en estas tierras hasta el tiempo presente en que cualquiera puede inmortalizar un momento sin formación técnica ni ambiciosas pretensiones estéticas.
Y prácticamente dándose la mano, con idéntico argumento, la exposición “Jaén en el objetivo” ha cedido el testigo a otra que recopila una breve muestra del amplísimo archivo gráfico que ha logrado recopilar a lo largo toda una vida entera Joaquín Sánchez Estrella siendo Jaén escenario y argumento. Ese Jaén que cada uno vive a su manera y siempre sorprende. Personal ante los ojos de cada uno de nosotros.
Un Jaén a veces efímero porque se transforma y evoluciona. Inédito también, porque no todos tenemos la capacidad de acceder o descubrir un Jaén que a veces está oculto. Un Jaén pasional, cuando a partir del domingo de ramos nuestras calles reviven su fe religiosa. Y sobre todo un Jaén nostálgico, ya perdido, que sólo permanece en nuestra memoria porque ya no existe.
Por eso tiene tanto valor la labor de quien por puro altruismo ha sabido detener en una imagen perpetua este Jaén en que vivimos. Para no olvidarlo, pero sobre todo para poder conocerlo en el mañana y contar a través a de fotografías la ciudad que fuimos.
