Firmó un inicio lleno de dudas, aunque, poco a poco, el CD Rota comienza a ahuyentar a los fantasmas. El CD Rota volvió de su visita a Tomares con tres nuevos puntos bajo el brazo que certifican el buen momento en el que se encuentra inmerso. No fue, aun así, el triunfo más cómodo para el cuadro verderón, sino todo lo contrario. El Tomares, haciendo uso de un buen trato de la pelota, se adueñó de la posesión para estrenar el marcador en un rechace derivado de un saque de esquina. Pulet marcó el primero de los locales en el 20, como resultado de la construcción de un cuidado ejercicio de perseverancia que el Rota pudo derribar en miles de pedazos poco después con un trallazo desde la larga distancia de Carlos del Río. Un auténtico misil que se coló por la base del palo para demostrar que el factor sorpresa, la imprevisibilidad, también es parte del juego. El empate le asestó un daño real al Tomares, incapaz de recomponerse para recuperar la estabilidad perdida, menos aún cuando un cambio de sistema de los verderones al descanso le trastocó el planteamiento de cabo a rabo.
El Rota buscó meter piezas por dentro como plan renovado, ante un equipo local que insistió con encomendarse a la calidad individual de sus extremos para potenciar el juego por banda. La idea pareció acertada, pero no surtió efecto por unas limitaciones físicas cada vez más acusadas. Con el Tomares volcado arriba en busca del empate, Álex Bernal fue derribado en el interior del área tras recibir un pase en profundidad. Chicho fue el encargado de asumir la responsabilidad desde los once metros para colocar una ventaja valiosa que el Rota supo defender hasta el final. El Tomares lo intentó en sendas ocasiones. Inició un intenso arreón sobre la portería defendida por Pablo Ramírez, pero el meta verderón apareció con acierto en repetidas ocasiones para proteger la victoria de un Rota que al final, sin ser superior, tiró de eficacia para prolongar su buen momento.
